
A seis semanas del inicio de la 64 Serie Nacional de Béisbol los Alazanes de Granma parecen destinados a emprender una tremenda carrera contrarreloj, que ojalá no incida en los resultados de ese evento.
Granma aún no ha dado a conocer su director para el clásico cubano de pelota, que se supone el primer paso para encarar la competencia.
La lógica indicaba que si Ángel Ortega Liens ya no iba a seguir con las riendas del equipo (algo de lo que tampoco se ha hablado oficialmente), era más que necesario dar a conocer el director, pero los consabidos “niveles de aprobación”, que rebasan los marcos de la comisión provincial, nos han llevado a un punto en el que, increíblemente, todavía no conocemos el mánager.
¿Quién va a dirigir? , preguntan a diestra y a siniestra por la calle y uno que sigue el béisbol pero que no decide nada se encoge de hombros y deja pasar el lanzamiento en la mismísima zona de strike sin poder hacer un mínimo swing.
La sugerencia, sin el ánimo de herir a nadie, es se gane en premura, en urgencia y que haya un pronunciamiento público al respecto, por respeto a los candidatos a ese puesto y especialmente a la afición.
Como si fuera poco surge un problema derivado del primero: no tenemos todavía preselección y a poco más de un mes de la Serie Nacional eso es grave.
Todo lo anterior desencadena un tercer escollo, acaso peor: Granma no ha comenzado los entrenamientos para el torneo que tenemos a las puertas mientras otras provincias hace rato iniciaron su preparación.
¿Podremos mantener o superar -que debe ser la meta- el tercer lugar del año anterior? ¿Nos seguirá mordiendo el perro de la incomunicación, de la que tanto se ha hablado?
Quiera el destino en las próximas horas los Alazanes y sus seguidores tengan mejores noticias.