Alfredo López, conocido líder sindical y secretario general de la Federación Obrera de La Habana (FOH) catalogado por muchos como un hombre de gran valor y capacidad para unir a las masas, desapareció el 20 de julio de 1926 por órdenes de Gerardo Machado por el peligro que representaba para la corrupta sociedad de aquella época.
Llamado por muchos como “el hombre de la unidad”, supo responder ante cada amenaza hecha por el Ministro de Gobernación: “Estaré siempre dispuesto a lo que sea por defender los intereses de la clase obrera”. Luego añadió: Usted y yo nunca podremos entendernos. Y usted representa los intereses de la burguesía y el imperialismo y yo represento al proletariado explotado por ellos.”
Sus compañeros le pedían que se cuidara, a lo que simplemente respondía: “Luchar por lo que uno cree, porque nuestros sueños se hagan realidad, eso vale más que la vida”.
Alfredo nació el 2 de agosto de 1894, en Sagua la Grande. Desde niño supo de angustias y penurias, de discriminación y tristezas.
Emigra muy pequeño a La Habana en busca de mejores condiciones de vida. Encuentra trabajo en una imprenta como operario. En 1913 se funda la Asociación de Tipógrafos en General y lo eligen vocal por sus condiciones de honestidad.
Participó en las huelgas que se realizaron en 1918, a las que se unieron obreros de la construcción, ferroviarios, tranviarios, tabacaleros y azucareros de Las Villas y Camagüey. Y a finales de 1919 organizó una gran huelga en su sector y tres meses después sus demandas fueron cumplidas.
Participó en el Congreso de 1920, convocado por la Federación de Torcedores de La Habana y Pinar del Río, al que asisten representantes de 102 organizaciones obreras de todo el país. Allí propuso la creación de federaciones locales provinciales, como paso previo a la unión de todos los trabajadores del país en una sola organización.
Ante esta decisión contó con el apoyo de líderes con pensamiento socialista de la talla de Carlos Baliño y Agustín Martín Veloz.
Es así como nace el 4 de octubre de 1921, la Federación Obrera de La Habana (FOH) la cual significó un importante avance en el desarrollo de la conciencia revolucionaria del movimiento obrero cubano.
Su decisión organizativa lo lleva a fundar la Escuela Racionalista, preocupado por la educación del proletariado. A ella asistían en el horario diurno los hijos de los obreros, mientras los adultos lo hacían en el nocturno, así se combatía la ignorancia que favorecía a los intereses de la burguesía.
Alfredo López era una espina atravesada en los deseos imperialistas, por eso es asesinado el 20 de julio de 1926, su cadáver fue encontrado años después en las faldas del Castillo de Atarés, donde había sido recluido y torturado.
Julio Antonio Mella sospechando el fatal desenlace que había dado fin a la valiosa vida de su amigo escribió sobre Alfredo: «Guerrero, Nadie conoce tu paradero, ¿acaso nos es dado a los revolucionarios escoger la forma de nuestra muerte? Caemos como soldados, donde la bala enemiga nos encuentre… Cuando nos llegue a la clase oprimida la hora de nuestro triunfo, la obtendremos en gran parte por lo que tú iniciaste. No tendrás avenidas de ciudades burguesas ni estatuas en los parques públicos. Pero cada proletario sabrá que las organizaciones que tú fundaste son los mejores monumentos a tu memoria».
Bibliografía
Revista Bohemia / julio de 2016
Ecured