René Fraga Moreno nació en Matanzas, el primero de mayo de 1930, creció en un ambiente humilde, lo caracterizaban la generosidad y el afán de ayudar a los más desposeídos.
Realizo estudios en la Escuela de Comercio de Matanzas y a la vez en la Escuela de Pedagogía de la Universidad de La Habana. Allí conoció a dirigentes de la talla de José Antonio Echevarría, Fructuoso Rodríguez, José Luis Dubroq, Marcelo Salado y Frank País.
Al crearse el Movimiento 26 de julio se une a sus filas. Vendió bonos, repartió propaganda y realizó sabotajes, acciones por las cuales se vio obligado a permanecer casi clandestino.
Cuando se graduó de la Escuela Normal para Maestros, le ofrecieron plaza en una zona rural.
Fue recio al rechazarla, a pesar de que le hacía falta aumentar su economía, y la respuesta fue tajante: “No ocuparé ningún puesto público del gobierno, mientras Batista esté en el poder”.
Supo conducir al estudiantado normalista desde las aulas por el sendero de la lucha juvenil antibatistiana; apoyó la Jura de la Constitución de 1940 contra el Golpe de Estado; y participó en la huelga por el asesinato de Rubén Batista Rubio, el primer universitario asesinado por Batista.
El joven matancero fue detenido en el amanecer del veintiuno de julio de mil novecientos cincuenta y siete y llevado al Escuadrón Cuarenta, donde lo interrogaron y sometieron a torturas.
Tres días después, escapó y se ocultó en el techo de una casa en la calle Laborde, pero le dispararon a mansalva y cayó abatido, el 24 de julio.
Hoy su nombre se inscribe en la larga lista de hombres y mujeres que no temieron a la muerte por una Cuba sin fantasmas.