
Hoy se cumplen ciento ochenta años del natalicio de Antonio Maceo y Grajales a quienes todos conocemos como El Titán de Bronce, apelativo que se ganó por su arrojo y destreza en el combate.
Antonio Maceo nació en Santiago de Cuba el 14 de junio de 1845. Hijo de venezolano, Marcos Maceo, y de Mariana Grajales, mujer de origen dominicano, de cuya unión surgieron varios hijos los cuales fueron educados en una disciplina férrea y en la voluntad de liberar a Cuba del yugo imperante.
Todos los años, en una fecha tan significativa y memorable como está el pueblo de Cuba acude a rendirle homenaje a quien fuera uno de los hombres más corajudos de la contienda libertadora de Cuba por desposarse del yugo colonial español.
Su amor a una Patria libre e independiente lo llevó a incorporarse a la Guerra de los Diez Años junto a su padre y a sus doce hermanos, con 23 años de edad.
Por su meritoria labor en los combates en que participó, le valió para el otorgamiento del grado de Mayor General a las órdenes de Máximo Gómez.
Al terminar la Guerra de los Diez Años su hoja de servicios recogía 800 acciones de guerra y tenía veintisiete cicatrices en su cuerpo.
Poseía una gran personalidad y una capacidad política, que lo llevó siempre a actuar en servicio de la revolución y de la Patria que tanto amaba.
De él dijo nuestro Héroe Nacional José Martí: “Y hay que poner asunto a lo que dice porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo”.
Varias son las anécdotas que demuestran con exactitud el odio que albergaba en sus entrañas contra quienes intentaban apoderarse de Cuba.
En los Mangos de Baraguá se enfrenta al general español Arsenio Martínez Campos para manifestarle su inconformidad con la firma del bochornoso Pacto del Zanjón.
Su respuesta enérgica no se hizo esperar ante tan descabellada idea de deponer las armas.
¡No, no nos entendemos! El 23 se rompe el corojo.
Su intransigencia revolucionaria se basa en que con el Zanjón no se obtiene la libertad total de los esclavos ni la de Cuba.
Su pensamiento a favor de la libertad lo llevo a sentenciar…. “De España jamás esperé nada, siempre nos ha despreciado, y sería indigno que se pensase en otra cosa. La libertad se conquista con el filo del machete, no se pide: mendigar derechos es propio de cobardes incapaces de ejercitarlos. Tampoco espero nada de los americanos, todo debemos fiarlo a nuestros esfuerzos, mejor es subir y caer sin ayuda que contraer deudas de gratitud con un vecino tan poderoso”.
Ante la capitulación de una gran parte de los luchadores independentistas cubanos al aceptar el cese de la guerra propuesta por España, Antonio Maceo en una entrevista con el General español Arsenio Martínez Campos planteó: “No acepto deponer las armas sin haberse proclamado la independencia de Cuba ni la abolición de la esclavitud.”
Después de marcharse al extranjero residió en distintos países; organizó con Calixto García, Máximo Gómez y José Martí distintas conspiraciones independentistas y desembarcó en Cuba en 1895.
Dirigió personalmente la Invasión de Oriente a Occidente, junto al Generalísimo Máximo Gómez.
La vida y obra de Antonio Maceo Grajales, constituye un vivo ejemplo de entrega total a la causa de la libertad de Cuba, que solo se vio interrumpida con su caída en combate el siete de diciembre de 1896 en Punta Brava.
El 14 de junio de 1980, Fidel Castro al hablar en la ciudad de Las Tunas en la inauguración de un complejo de la salud pública, expresó:
Maceo es nuestro, su gloria y su memoria continuaremos honrándola de mil formas diferentes; su gloria y su memoria continuaremos honrándola en el trabajo, en las luchas, en el cumplimiento de nuestros deberes internacionalistas y fundamentalmente con nuestro patriotismo, dispuestos a hacer realidad aquellas maravillosas palabras: “¡Quien intente apoderarse de Cuba, recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la contienda!.