
Hablan de aquellos platanales como si no hubiera jamás tenido la tierra parto más fértil. Les brillan los ojos y el orgullo se les ensancha cuando cuentan que antes allí solo había malezas y que, no de golpe, sino poco a poco, pedazo a pedazo, fueron desbrozándolas y, luego, para que no volvieran nunca, sellaron rápido cada tramo con cultivos diversos.
Son jóvenes de atractivos rostros, y mantienen sus pieles lozanas, como si no las penetraran el sol intenso y lo abrupto del monte, acaso porque ellos domesticaron aquel pedazo de suelo con el arma poderosa de El Principito: el amor, ese que cuando se prodiga y se volca sobre un propósito firme e intangible, no permite que te cambien el tiempo ni las tempestades.
Así se hicieron al trabajo de la tierra los hermanos Andrés Agustin y Luis Alfonso Garcés Reynaldo, una faena a la cual otros a sus edades (30 y 31 años) no quieren apegarse, pero ellos sí, y lo hacen con una pasión que les nació por tradición familiar.
REFERENTES
Por eso cuando llegamos a la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) 15 de Diciembre, que en la comunidad Cauto Embarcadero recuerda con su nombre la fecha de liberación de Río Cauto, el municipio granmense al cual está integrada, todos señalaron a los dos jóvenes de marras como referente, no solo por su corta edad, sino por su gran responsabilidad, el primero como arrendatario de tierra, y su hermano y brazo derecho, como trabajador contratado.
“Esto, no voy a negarlo, es de mucho sacrificio, reconoce Andrés Agustin mientras muestra el platanal de su finca El Lucero. Hemos tenido que trabajar desde que amanece hasta que anochece para lograr todo esto que ven aquí, en 8.89 hectáreas, donde también hay boniato y maíz, y una parte preparada para sembrar fruta bomba.
“Hace cuatro años, cuando empecé como usufructuario, todo esto estaba perdido, y exigió dura chapea, pero habíamos aprendido a trabajar con el abuelo y mis padres, dedicados desde siempre a los cultivos; nosotros también nos inclinamos por eso, y, le soy sincero, me encanta la agricultura.
“Yo les diría a otros jóvenes, que cuando se quiere se puede, cuando usted quiere mejorar y trabaja, lo logra, la tierra te da para vestir, para comer que es lo principal, ayudar a la alimentación de los demás. Yo de verdad los exhorto a que se dediquen un poco más a la agricultura, porque el país y todos lo necesitamos.”
A su lado, Luis Alfonso, coincide en asegurar el amor de ambos por el laboreo de la tierra. “Aquí estoy, ayudando a mi hermano porque lo quiero, y porque los dos queremos a la Revolución, y queremos ayudar a echarla pa`lante”.
Para Juan Michel García Rodríguez, presidente de la UBPC, estos muchachos sintetizan con su dedicación y compromiso, la voluntad de todos los integrantes de esa organización productiva, 27 usufructuarios empecinados en honrar sus compromisos de siembra y entrega a pesar de estar en una zona de secano.
Actualmente, la unidad tiene cerca de una treintena de hectáreas alistadas para la siembra aprovechando las lluvias, y se ha propuesto incrementar las áreas de frutales, para contribuir un poco más al programa alimentario del municipio, propósito para el cual dispone también de un área para el cultivo protegido de hortalizas.
De acuerdo con Ana Delmis Estrada Sánchez, especialista principal de producción en la entidad agropecuaria de Río Cauto, se suman al esfuerzo de llevar comida al pueblo, seis Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), una de Producción Agropecuaria, y dos unidades estatales, con un plan de entrega para este año de más de dos mil toneladas de cultivos varios para 38 mil habitantes de la localidad.
“En el primer trimestre cumplimos con todos los indicadores, incluyendo la entrega de leche y carne, y el reto mayor está en incrementar la crianza de ganado menor, para lo cual ya tenemos nueve módulos pecuarios. En estos tiempos hay que esforzarse mucho, porque hay que asegurarle la comida al pueblo y a la familia,”
GUAMO TAMBIÉN DOMESTICADO

La Unidad Empresarial de Base Pescauto, se ha mantenido durante los tres últimos años como la más integral de la Empresa Pesquera de Granma (Pescagram), e igual lapso con la condición de vanguardia nacional.
Ubicada en Guamo Embarcadero, su quehacer se traduce este año en un plan total de captura de 815 toneladas de pescado de agua dulce, y otras 20 de los nuevos actores que le tributan, además de la producción de 9,2 millones alevines, esto último afectado por necesarias inversiones en la granja dispuesta para tales fines, aunque la siembra proyectada para la etapa prevé ser amparada con el aporte del centro de alevinaje ubicado en el municipio de Bartolomé Masó,
Pescauto tributa a cinco pescaderías especializadas en todo el municipio, y aspira a ingresar más de seis millones de pesos por concepto de ventas hasta el cierre de diciembre.
De acuerdo con información de Roger Rivero Miranda, director de la UEB, para la gestión de esta cuentan con cinco potenciales hidráulicos, incluido el Río Cauto, un parque automotor en cada embalse, una fábrica de hielo, y una minindustria.
Mantener su posición de vanguardia ha sido posible, entre otros factores por la constante reorganización de la estrategia de pesca, para garantizar los volúmenes proyectados aun en medio de los tiempos que corren, con afectaciones económicas y materiales, a causa de la crisis generada por la Covid 19. Destaca en ese sentido, la apertura de nuevos frentes pesqueros, más cercanos, para minimizar el gasto de combustible.
Mas, la mayor fortaleza de la unidad está en el colectivo de 141 trabajadores, una fuerza muy estable, y con elevado sentido de pertenencia, entre estos 45 pescadores que al cierre del primer trimestre aseguraron 209,5 toneladas, cifra ligeramente superior a lo pronosticado.

Entre quienes se dedican a esa faena, está Ernesto Castellano Reyes, con más de una década de labor, y considerado el pescador más integral de la UEB.
Él, a diferencia de los agricultores Andrés Agustín y Luis Alfonso, es más parco al hablar. Lo que si tiene en común con aquellos, además de haber nacido en otra comunidad riocautense igual reconocida como Guamo por su viejo embarcadero, es la elevada voluntad, que lo lleva a hacerse sobre las aguas de la presa Cauto del Paso, en incontables, solitarias y oscuras noches de pesquería.
En fin, comparten los tres, el prodigar a sus labores cotidianas infinito amor, ese sentimiento que, entendiendo a El Principito, aquel libro de nuestras lecturas infantiles, es capaz de domesticar (u otorgar mucha importancia), a las personas, a las cosas que amamos, a los lugares donde somos capaces de entregarnos al trabajo en cuerpo, alma y corazón.