
Desde el pasado domingo 10 de noviembre, tras la ocurrencia de dos sismos de moderada intensidad, fueron activados los protocolos establecidos para eventos de esa magnitud, en los centros asistenciales del Sistema de la Salud Pública de Granma.
Monitoreados por los especialistas de esa dirección en el territorio, se establecieron puestos de mando en los 13 municipios para lograr controlar con rapidez afectaciones preliminares en aras de preservar las vidas humanas.
En el proceso se tuvo en cuenta mantener alejados a los pacientes de balcones y escaleras, se organizó la salida de estos de los locales en peligro de manera ecuánime, y siempre tratando de controlar el pánico. Además, se protegieron de forma ágil a los ingresados en las terapias intensivas, en otras terapias clínicas y se evacuaron a embarazadas y puérperas.
Los daños preliminares se reportaron en siete municipios de la provincia como en el hospital municipal Mariano Pérez Balí, de Bartolomé Masó, con desprendimiento de fragmentos de techos; también se reportaron afectaciones en el hospital Félix Lugones de Pilón, donde se precipitaron pedazos de techos y se agrietaron paredes.
En Bayamo se produjeron agrietamientos de estructuras en los policlínicos Bayamo Oeste y Jimmy Hirtzel y en el hospital docente Carlos Manuel de Céspedes.
De igual modo, en el centro hospitalario Faustino Pérez de la zona montañosa de Buey Arriba, en la casa de abuelos de Guisa y en el hospital de la propia localidad se estimaron severos daños en las paredes, asimismo en Jiguaní y Manzanillo.
Los trabajadores también se suman hoy a las acciones de recuperación en cada área afectada, con el apoyo de nuevos actores económicos relacionados con la construcción y reparaciones e integrantes de organizaciones de masa.