Batalla de Saratoga: Victoria mambisa

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 9 junio, 2025 |
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Entre el 9 y el 11 de junio de 1896 hace 129 años, Máximo Gómez, dirigió a las tropas mambisas del Camagüey en una de las acciones militares más sobresalientes de la historia: Combate de Saratoga.

El Generalísimo había cruzado la trocha de Júcaro a Morón el 26 de mayo con el propósito de incrementar las operaciones militares que, desde principios de año habían disminuido en el territorio camagüeyano.

Una vez informado el mando español de la presencia de Gómez en el Camagüey, se orientó saliera de inmediato una columna dirigida por el general Adolfo Jiménez Castellanos, integrada por dos batallones, un escuadrón, guerrillas y dos piezas de artillería, con un total de dos mil hombres.

El 9 de junio llegó el jefe español a Vista Hermosa, a unas cinco leguas de Lauretania, donde acampaba Gómez, en espera de la oportunidad precisa para combatir al enemigo.

Una vez enterado de la presencia de los españoles, el General en Jefe del Ejército Libertador le ordena al teniente coronel Manuel Zayas Bazán que proceda a seguirle el rastro y los hostilizara tan pronto los divisara.

Ya en la zona de Saratoga, el enemigo mantenía unas magníficas posiciones, sin embargo Gómez no vaciló en disponer el ataque.Guerra del 95

Gomez ordenó al teniente coronel Armando Sánchez Agramonte ocupar la vanguardia. El coronel Calunga al mando de la caballería; el cuartel general y la escolta del Generalísimo bajo el mando del general de brigada José Rogelio Castelló Zúñiga y el teniente coronel Bernabé Boza Sánchez, respectivamente.

Por su parte la infantería oriental tiene como jefe al teniente coronel Gustavo Ortega, quienes marchaban detrás.

En Camagüey, Gómez fortaleció la disciplina y la organización de las fuerzas independentistas y, como en la Guerra de los Diez Años, dirigió una campaña exitosa contra las tropas españolas enviadas en su contra y fue en el potrero de Saratoga donde nuevamente se impuso al enemigo.

En esos días José Miró Argenter escribió: “Máximo Gómez conserva inalterables sus aptitudes de batallador y los rasgos típicos de su carácter. (…) Espíritu batallador, modelo vivo de lealtad republicana, luchó diez años contra la iniquidad de los españoles, y nuevamente les plantea el duelo con la arrogancia de un joven paladín”.

El Generalísimo decidió el ataque, a pesar de las ventajas del enemigo, y escribió en su Diario de campaña:

“Emprendo marcha para salir al encuentro (…) a las 4 de la tarde del 11, hallo acampado al enemigo que no obstante las magníficas posiciones que ocupa, le ataco con decisión (…) se defiende y en la noche suspendo el ataque general, sin dejarle tranquilo (…) el fuego de mis guerrillas”, las investigaciones posteriores esclarecieron que las acciones iniciaron el 9 y finalizaron el día 11.

Una vez más se puso a prueba la capacidad defensiva y la pericia militar de Máximo Gómez en defensa del suelo cubano para lograr una nación libre.

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