
A los siete años de edad dió los primeros pasos en la música, a los nueve, asesorado por su padre, tocó en diferentes agrupaciones del Bayamo natal y, a los 12, dirigió orquestas, función en la que se mantuvo durante tres décadas
MÚSICO ITINERANTE
“Casi toda mi vida artística la desarrollé en agrupaciones fuera de la ciudad: Tropicana, en el cabaret Caribe del hotel Habana Libre, tocando en la Riverside, la Hermanos Avilés y los Chicos de Cuba, de Holguín; Los Taínos, con los que recorrí varios países, fui clarinetista y director de la orquesta del Estado Mayor de Oriente, …
“Trabajé en el conjunto de Música Moderna de esa región, en los circos Montalvo y Pubillones, Santos y Artigas… en cuyos escenarios me remuneraban económicamente mejo como solista.
“También hice temporadas en Liberación Juvenil, Tropical, Ronda lírica, en el Cuco Bar, con Los Yero…
“En aquellos tiempos no pertenecíamos a ninguna unidad estatal, muchos ejercían múltiples oficios: zapateros, barberos, tabaqueros… desdoblándose laboralmente para trabajar por contrato en la música, en dependencia de la capacidad interpretativa del personal.
OTRAS ARISTAS
“En la década de los años 70 del siglo pasado fundé y dirigí en Bayamo la orquesta Los Armónicos, con la nueva división político-administrativa atendí el departamento de Arte en la dirección provincial de Cultura y luego presidí la Comisión territorial evaluadora de músicos, espectáculos y profesores de las diferentes escuelas.
“Impartí clases en el conservatorio Esteban Salas, de Santiago de Cuba, en las academias bayamesas Rafael Cabrera y Manuel Muñoz Cedeño, de la que también fui fundador y otras enclavadas en el territorio nacional.
“Formé parte del Cuarteto de saxofones de esta ciudad, líder de la orquesta cabaret Bayam, precursor del Festival de música cubana Sindo Garay e integrante de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, que me ha convocado reiteradamente para participar en el encuentro territorial de Saxofonistas solistas.
“Nunca me estacioné en una agrupación, debido a la forma itinerante que llevé y la preparación recibida desde los años iniciales, pienso que la vida es cambiante y esta profesión también.
“Todo artista está obligado a estudiar y a superarse diariamente, de lo contrario queda en el camino de los intrascendentes”.
EVOCACIÓN
El anochecido pentagrama cae sobre los años, atrás queda el recuerdo, los gratos momentos y las proféticas palabras del trompetista y cantante Louis Armstrong: “Los músicos no se retiran; dejan de tocar cuando ya no hay más música en ellos”. Tal vez es lo que pretenda.