
El equipo de Bayamo cayó 1×0 ante el Musashi Fuchu, de Japón, este miércoles, pero hizo historia, al estrenar al béisbol de Cuba en una Serie Mundial de las Pequeñas Ligas.
Con total dominio de los lanzadores transcurrió el partido en el Stadium Volunteer, de Williamsport, en Pensilvania, Estados Unidos, aunque el japonés Hinata Uchigachi se robó el protagonismo, al dejar sin carreras ni imparables a los de la Mayor de las Antillas, durante cinco capítulos.
Uchigachi se mostró como un consagrado, ponchando a 13 bateadores rivales y mezclando muy bien sus lanzamientos (recta y curva), para anotarse la victoria, a pesar de los tres pasaportes gratis que regaló.
Entretanto, Luis Enrique Gurriel Silveria salió derrotado, después de permitir el único indiscutible de todo el encuentro, en el mismo primer inning, que decidió el desafío.
Luego de sacar los dos out iniciales, el espigado tirador concedió par de boletos consecutivos, antes de admitir el sencillo decisivo al jardín derecho de Yohei Yamaguchi.
Gurriel completó cuatro entradas sin permitir más libertades a los contrarios, pero esa marca resultó infranqueable para la ofensiva antillana, que en el sexto fue dominada por Akito Masuda.
El relevista sacó los tres últimos out para completar el no hit no run, el número 62 en estos eventos que nacieron en 1947; mientras, con el triunfo, su selección comenzaba a avanzar en el organigrama, previo al duelo de este viernes ante México.
Para el sábado, los cubanos tienen prevista su segunda presentación, que será frente al elenco que salga perdedor entre Curazao y Australia, y el que vuelva a caer dirá adiós al certamen.
En la justa intervienen 20 conjuntos, 10 del país norteño y otros tantos internacionales, que se enfrentan por llaves separadas y con un formato de doble eliminación.
A la final avanzarán los dos mejores de cada apartado, y por el bronce pelearán los perdedores de los choques semifinales.