El camagüeyano Bernabé Boza Sánchez alcanzó el grado de General de brigada del Ejército Libertador. desde muy joven se incorporó a la contienda independentista del 1895. Fue Jefe de la escolta del mayor general Máximo Gómez Báez.
Días antes de fallecer el 16 de marzo de 1908, había escrito: Esta bandera, digan lo que digan los que nos calumnian y los que nos injurian osadamente, dejara de ondear en Cuba el día en que en ella no queden cubanos, o el día en que les falte a los que tengan la desdicha de sobrevivir a la ignominia, lo único con que el gran Ignacio Agramonte contaba para hacer triunfar la tiranía, y contra la capacidad del fuerte, la causa del derecho y la justicia: la vergüenza.
Cuando estalló la Revolución por la independencia de Cuba, el 10 de octubre de 1868, Bernabé Boza Sánchez sólo tenía 10 años de edad, desde muy pequeño su familia le había inculcado el amor a la Patria, por lo que ese apego a defender lo suyo crea en él un espíritu rebelde.
Como su padre era desafecto a la corona española, la familia decide llevarlo a Barcelona. Luego continúa estudios en los Estados Unidos.
Regresa a Cuba y se incorpora a las fuerzas mambisas en Camagüey. Tiempos después expresó: “Se me destinó al primer escuadrón de caballería Agramonte y al pelotón del cabo Demetrio Mola, un negro de alma pura y hermosa y de vergüenza presente a todas horas.”
Con esta tropa participó en varios combates, entre los que cabe destacar Unión de Llanes, La Gertrudis, el Pinalito, Izaguirre, Loma del Jibaro, La Caoba, Los Abreu y la toma a Santa Clara.
Esta vez terminó la guerra con los grados de Sargento de primera.
Durante la tregua fecunda se toma un respiro y se instala con su familia en Camagüey. En 1895 cuando Máximo Gómez llega a esta ciudad se incorpora a la tropa y se enfrenta con valentía en el combate de Ciego Molina, donde por primera vez los cubanos se resisten al fusil máuser.
El General Máximo Gómez, lo asciende a teniente y lo nombró jefe de su escolta y le da la misión de reorganizarla puesto que él estaba en los ajetreos de los preparativos para la nueva etapa de lucha, llevar la invasión de Oriente a Occidente.
Días después comunica a Máximo Gómez: “General, estos hombres nos han de seguir a todas partes, ya había previsto el caso y tengo mi gente preparada para la obra que usted decida marchar”.
Su ímpetu de combate lo siguió demostrando durante la invasión en los combates de Iguará, Monacal, Siguanea, Mal Tiempo, La Colmena, El Desquite, Antilla, Coliseo, Calimete, El Estante, entre otros más.
Obtiene los grados de comandante en febrero de 1896 y en mayo es ascendido a teniente coronel.
En mayo de 1897 es nombrado jefe del estado mayor del general en jefe. Asumiendo el cargo le imponen las estrellas de coronel y en junio de 1898 las de general de brigada.
En junio de 1898 Gómez lo envió a Estados Unidos con la misión de comunicar al mando norteamericano el plan de campaña que había concebido para los ejércitos cubano y norteamericano.
Con ese objetivo salió hacia Cayo Hueso en un bote tripulado por el capitán Daniel Broche con el fin de conseguir con los emigrados recursos de guerra y alimentos.
Cumplida la misión, regresó a Cuba con un valioso cargamento recaudado por los emigrados en su recorrido por las fábricas de tabaco. Además 26 expedicionarios lo acompañaron para incorporarse a la lucha en la manigua. El 14 de julio de 1898 desembarcaron en las goletas Ellen M. Adams y Dellie, en la provincia de Camagüey.
Cuando cesa la dominación española en el año 1899 fue designado alcalde de Santa María del Rosario, La Habana, por el gobierno interventor norteamericano. En las elecciones de 1901 está en la Cámara de Representantes y en 1904 es reelecto con la segunda mayor votación.
En este periodo de tiempo organiza las memorias y anotaciones de la Guerra del 95 que las publica bajo el titulo Mi diario de la guerra. En 1924 su hijo recopila escritos y documentos inéditos desde 1897 hasta la intervención yanqui y a su vez le adiciona la correspondencia con Máximo Gómez. La obra se reedita en dos tomos con textos valiosos para el estudio de la historia. Se vuelve a publicar en 1974.
Fue miembro de la junta patriótica de La Habana, fundada en 1907 para oponerse a la corriente anexionista durante la segunda intervención militar norteamericana que pretendía convertir a Cuba en territorio de Estados Unidos.
Falleció a consecuencia de una peritonitis.
Bibliografia utilizada
Revista Bohemia: 16 de marzo de 1916
Ecured