En la madrugada del 15 de febrero de 1957, en los antiguos estudios de Radio Cadena Habana, un grupo de músicos dirigidos por Carlos Faxas: pianista, compositor, arreglista y director de agrupaciones vocales y de orquesta grabó, de forma clandestina, la Marcha del 26 de Julio.
El referido himno, de la autoría del combatiente del Moncada, Agustín Díaz Cartaya, se convirtió rápidamente en el himno del Movimiento 26 de Julio, que organizara y dirigiera el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. En la operación también participó Francisco Vilalta Cañadilla, operador, musicalizador y efectista, e integrante de la célula clandestina del Movimiento 26 de Julio en la radioemisora.
Díaz Cartaya nació el 25 de septiembre de 1929, en Marianao, La Habana, hoy municipio de La Lisa. Compuso, además, otras seis marchas, entre ellas la de América Latina, en 1963.
Las otras fueron dedicadas a la Tricontinental, en 1966, a la Columna Juvenil del Centenario,1968, a los Comité de Defensa de la Revolución, 1980, a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en 2006, y a la Unidad de los pueblos, en 2007.
La letra y la música de la Marcha del 26 de Julio, comenzó a componerse en la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba, por los fundadores del Movimiento del 26 de Julio mientras guardaban prisión preventiva por el ataque al cuartel Moncada en 1953.
Este himno se terminó en la prisión de Isla de Pinos. Su letra y música hasta el transcendental momento de su grabación, se conocían solo en la clandestinidad:
Marchando, vamos hacia un ideal,
sabiendo que hemos de triunfar;
en aras de paz y prosperidad
lucharemos todos por la libertad…