
El vocalista manzanillero Antonio Félix Llumbet de los Reyes, incansable figura del movimiento de aficionados al arte en Granma, se inscribe entre los más añejos asociados: 43 años como novel cantante en la Casa de cultura y 32 como compositor profesional.
Lleva en sangre la influencia de su progenitor, Antonio Enrique Llumbet Reyes, quien fue tenor lírico y fundador, junto al poeta Manuel Navarro Luna, de la orquesta Manzanillo, en 1955.
“Cursaba estudios en la escuela primaria Calixto García, de la ciudad, cuando me integré a la banda de música infantil, para tocar el redoblante.
“En la Enseñanza Media, me destaqué interpretando canciones de moda en los matutinos, luego ingresé al bachillerato, aprendí los acordes de la guitarra y formé la agrupación Estrellas Azules, en la que interpretaba mis temas y participaba en festivales organizados por la Feem, alcanzando lugares destacados.
TRANSICIÓN
“En octubre de 1976, por generosidad del Gobierno y del Ministerio de Salud Pública, viajé a Londres, Inglaterra, con la finalidad de realizarme determinadas intervenciones quirúrgicas en el hospital Reina María.
“Allí me relacioné con varios latinos, recibí influencia de la música pop, beat, funki, rock…, de las figuras internacionales europeas, y compongo también varios géneros más cercanos: bachatas, cumbias y country…
“Al concluir el tratamiento médico, en 1980, regreso a mi país y formo parte del elenco artístico de la Casa de la trova manzanillera Jaime Benemelis y, tres años después, ingresé en el Centro nacional de derecho del autor de Cuba para registrar varios de mis temas y formar la agrupación Onda 91, con la que grabé algunos números en Radio Granma.
“Muy difundidos y con gran audiencia resultaron La chica de Valerino, Odalys, El amor y la suerte…, hasta que, en 1998, ingresé en la Agencia cubana del derecho del autor musical.
HUELLAS EN EL PENTAGRAMA
“Era tanta la pasión por la composición, que participé en el Festival nacional de música Sindo Garay, efectuado en Bayamo, y alcancé el segundo premio, con el bolero-son Amor secreto y en diciembre del 2000 el premio Un chachachá para mi ciudad.
“Ocho años después, recibí el premio único de composición en el Festival Carlos Puebla in memoriam, con la obra Homenaje a Carlos Puebla, y en diciembre del 2009, el segundo escaño de interpretación, en el encuentro homónimo con la pieza Soy trovador. Grabé mi primer CD en los estudios de la emisora Radio Granma, titulado Un canto a mi ciudad, con varios géneros de la música cubana e internacional.
“Me acompañan otros discos: Con nombre de mujer, Con sabor a Caribe y Bolereando, con los que disfruto mi orgullo como compositor musical.
“He recibido lauros por la colaboración en el Club John Lennon, de música de la Década prodigiosa, y de la Uneac, por el apoyo a sus actividades, y con sistematicidad actúo, también, en los centros nocturnos La Década, el Balcón del Guacanayabo, Costa Azul y en la Casa de la trova, donde cuento con mi tradicional peña Trova Guacanayabo, y otros”.
Y para reafirmar la filosofía de esta modalidad artística, solo les recuerdo que la música es para toda una vida, pero una vida no es suficiente para toda la música.