Cacarajícara, 129 años de una victoria mambisa

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 30 abril, 2025 |
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El 22 de enero de 1896, la columna invasora que había salido de Mangos de Baraguá llegaba al extremo occidental de Cuba. La guerra se había expandido a toda la Isla y era propósito de la dirigencia mambisa trazar estrategias de lucha para mantener el occidente en pie de guerra.

El 27 de abril de 1896, el General Antonio Maceo recibió el aviso de que por la playa La Mulata se acercaba una goleta procedente de Cayo Hueso con apoyo de los insurrectos. Venían cerca de 45 hombres con 100 rifles y 24 000 tiros, enviados por los emigrados cubanos

Al desembarcar fueron sorprendidos por una lancha cañonera española, acontecieron algunos disparos y esto conllevó a que solo se salvaran los fusiles y 10 000 cartuchos.

En el trayecto hacia el lugar donde se encontraban los ocupantes de la goleta, Maceo conoció de la presencia del General español Suárez Inclán, quien al parecer había cambiado sus planes.

El general mambí con sus dotes de bravo y valiente guerrero decidió situar al coronel Sotomayor en Cacarajícara, para apoyar a los guardianes de los talleres y el hospital mambí.

Una minuciosa exploración del lugar le permitió divisar algunos soldados de la columna enemiga que habían quedado rezagados, por lo Maceo intuye que las tropas se dirigían a Cacarajícara.

Sin perder tiempo junto a sus compañeros, atravesó los caminos que le permitirían coger la delantera a los peninsulares.

Maceo sólo disponía de los 25 hombres de guardia en el lugar y los soldados y los oficiales que le acompañaban, los cuales sumaban unos 170 en conjunto.

La vanguardia enemiga fue sorprendida por una emboscada y los españoles establecieron fuego, pero sin poder avanzar.

Las municiones de los cubanos comenzaron a agotarse.

En medio de aquella avalancha de tiros y gritos al machete para acobardar al enemigo, llego el refuerzo con la carga de la expedición.

El refuerzo del coronel Juan Ducasse con 150 hombres pertrechados. Así se salvó la ayuda de la expedición de la goleta “Competidor”.

Los implacables combates, hicieron que la diezmada columna española dirigida por el general Suárez Inclán emprendiera una rápida retirada hacia Bahía Honda.

Ante la aplastante victoria sobre los españoles, el Titán de Bronce exclamó: “¡Qué cáscara de jícara!”.

Cuenta José Miró Argenter, periodista y militar que alcanzó el grado de general de división del Ejército Libertador… que los soldados hispanos “caían como espigas segadas por la hoz”.

Voces de alegría y victoria se escucharon en la tropa mambisa.

Años después en enero de 2015 Cacarajícara, lugar del combate fue declarado Monumento Nacional el 27 de enero de 2015.

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