
Yo nací en un órgano, compay–asegura jocosamente Rubiel González Pacheco, actual director del Cacique Hatuey-Fue un regalo familiar que heredé de mi padre Gonzalo González Brizuela. “Le acompañaba a todas las actividades, aunque no fue hasta los 23 años de edad, que emprendí la vida cultural como aficionado.
Dos años después formé parte de la plantilla oficial y al fallecer mi progenitor, asumí la dirección de esta familia musical”.
DETALLES
El primer órgano llegó a Yara en el año 1911, traído por Juan González al barrio de Calambrocio, perteneciente al Consejo Popular Mateo Romás, donde luego residirían todos los órganos de la zona: El impuesto, La canción, El son popular, Tres. banderas, El son tropical y La campana.
Esta proliferación musical se debió a la cercanía geográfica con Manzanillo, propiciando que en las fiestas o verbenas, como se les llamaban. se hicieran fundamentalmente con órganos.
EL REPERTORIO
-Tenemos un repertorio amplio-agrega Rubiel- que incluye: danzones, cumbias, boleros, ballenatos…
“El equipo suena bien y el público disfruta lo que hacemos, eso nos impulsa a continuar por el rumbo de nuestros antecesores. El director de la Banda Caliente, Eduardo Brizuela se encarga de los arreglos y nosotros llevamos el ritmo a la publicidad.
“Llevamos varios años participando en los Festivales de órganos que se realizan en Niquero, en el que hemos alcanzado lugares cimeros en esos eventos, en el que se ha reconocido también el papel desempeñado en la percusión, por mi hermano Rubiel González Pacheco”.
-¿Qué le representa el órgano?
-La renovación de mi energía. Cuando me siento agotado o preocupado por un motivo determinado, toco alguna pieza y mi mundo interior reverdece.
“Es una lástima que la radiodifusión cubana no divulgue, como merece, este tipo de música, solo Radio Granma, en Manzanillo. lo hace con mayor frecuencia, debe ser porque en esa región del Guacanayabo fue donde se cubanizó.
“Este instrumento forma parte de nuestras raíces musicales y patrimoniales, olvidarse de él, es perder nuestra identidad nacional y la desatención puede conducir a su pérdida, algo verdaderamente lamentable”.
-¿Algún espacio fijo de presentación?
-Mi casa es la sede principal, aquí se protagoniza lo que musicalmente hacemos. Es nuestro local de ensayo y presentación. “Todos nuestros músicos tienen el primer nivel, nos llevamos bien y defendemos lo cubano, con la misma pasión de nuestros antecesores.
“Reconocimientos tenemos varios, incluido el conferido hace unos días por la máxima dirección de la Empresa comercializadora de la música y los espectáculos Sindo Garay, entregado por Idael Peña Castillo y Omar Pupo Sánchez, sus principales representantes.
“El texto del diploma resulta estimulante: Por preservar y cultivar lo más auténtico de nuestra música popular, tradicional y folclórica, durante 65 años”.
-¿Tantos?
-Tenemos muchos más, desde que lo trajimos de Holguín, perteneciente entonces a los Hermanos Ajo, lo cambiamos por el nuestro llamado La campana, a ellos le gustó el sonido del nuestro y viceversa.
“Cacique Hatuey es tradición por partida doble. Somos Patrimonio cultural de la nación cubana, distinción que nos anima a todos”.
Termina el encuentro: se activan las manivelas, corre entre rodillos el cartón perforado, suena el timbal y brota la inconfundible sonoridad del Cacique Hatuey. Comenzó el rumbón
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