Cangamba: símbolo imperecedero del valor de cubanos y angolanos

Share Button
Por Orlando Naranjo Escalona | 4 agosto, 2025 |
0
FOTO/ Trabajadores

Los primeros 10 días del agosto de 1983 fueron, tal vez, los más amargos para la misión internacionalista cubana en tierras de la hermana nación de Angola.

En un intento por tomar el poblado de Cangamba, con el objetivo estratégico de apoderarse de Luena, ciudad que pretendían proclamar capital de una llamada “República Negra” dividida de Angola, del 2 al 10 de agosto de ese año, tropas de la UNITA cercaron y atacaron posiciones defendidas por combatientes internacionalistas cubanos y de las Fuerzas Populares de Liberación de Angola (FAPLA).

Allí se encontraba desplegada la Brigada 32 de Infantería Ligera FAPLA y un grupo de 82 asesores cubanos, los que sumaban unos 800 efectivos en total. Mientras que por la UNITA participaron en la operación más 3 mil hombres, lo que puede estimarse en cerca de un batallón.

El plan enemigo concebía además hacer prisioneros a los cubanos que allí estaban y llevárselos para hacer el intento de obligar a Cuba a negociar directamente con la UNITA, sin la participación del gobierno angolano.

El 2 de agosto de 1983, a las 5:55 horas se inician ataques simultáneos de artillería y morteros de distintas posiciones por parte de la UNITA. Un hostigamiento total que se mantuvo durante los días sucesivos.

Sin embargo, la orden de alto al fuego o rendición por parte de las tropas cubanas y angolanas allí asentadas jamás pasó por las mentes de aquellos hombres que tuvieron que combatir a muerte en condiciones adversas sin provisiones ni alimentos, sin agua y con varios heridos entre los suyos.

Cuando las fuerzas flaqueaban, un mensaje firmado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, llegó para advertir que si el enemigo tomara Cangamba no tendría piedad con heridos ni prisioneros.

Aconsejó además que, desde sus posiciones, bien atrincherados, con serenidad, confianza en sí mismos y total determinación, debían rechazar los ataques enemigos, resistir a pie firme el fuego artillero y aniquilar a los que intenten apoderarse de la posición.

Aquel mensaje indudablemente dio fuerza y valor a los combatientes cubanos y angolanos allí sitiados a escasos metros del enemigo.

La máxima dirección de la misión cubana en Angola, por su parte, no escatimó en medios y fuerzas disponibles para romper el cerco enemigo y llegar a cualquier precio al rescate de las tropas en sitio.

Tras una semana de desigual batalla, que también golpeo fuertemente a la inocente población civil de la zona, las fuerzas de la UNITA se retiraron del teatro de operaciones de Cangamba, destruyendo antes los almacenes de municiones, llevándose las bajas que pudieron rescatar y dejando más de 500 cadáveres sobre el terreno.

Por la parte cubana cayeron en combate 18 internacionalistas y 27 resultaron heridos, mientras que los angolanos de las FAPLA lamentaron 60 muertos y 177 heridos.

Tal y como lo anunció el Comandante en Jefe, Cangamba se convirtió en cementerio de los mercenarios que servían a los odiosos intereses de los racistas sudafricanos y en símbolo imperecedero del valor de los cubanos y angolanos, cuya sangre derramada por la libertad y dignidad de África, no cayó en vano.

Cangamba es y será muestra de la tenacidad e inteligencia de un pueblo de fuertes convicciones e ideales, acostumbrado a luchar a resistir y vencer.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *