CDR: 65 años junto a Fidel y a la Revolución

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Por Aldo Daniel Naranjo (Historiador) | 28 septiembre, 2025 |
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Fidel Castro en el acto por el XV Aniversario de la fundación de los de los CDR, el 28 de septiembre de 1975Desde el mismo triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959, el pueblo de Cuba enfrentó restricciones económicas y maniobras subversivas, dirigidas por el Gobierno de los Estados Unidos, adversario  irreconciliable de los cubanos, con los propósitos de destruir el proyecto popular, agrario y antimperialista.

El 28 de septiembre de 1960, hace 65 años, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz regresó a La Habana, después de una soberbia intervención en la Organización de Naciones Unidas (Onu), en la cual defendió el interés universal de la paz entre los pueblos y, en particular, el cese de las agresiones contra Cuba.

La llegada del Primer Ministro ponía en evidencia el estrecho vínculo entre el legítimo Líder y las masas, no solo desde el punto de vista revolucionario, sino emocional, íntimo. El pueblo se concentró frente al Palacio Presidencial con consignas de apoyo a las palabras de Fidel en la Onu y a las medidas de igualdad, justicia y libertad alcanzadas.

Ante la impresionante multitud, cerca de un millón de hombres y mujeres, en medio del fervor revolucionario, con respaldo a los intereses populares y como respuesta a las constantes agresiones del imperialismo, el Comandante en Jefe creó los Comités de Defensa de la Revolución, los célebres CDR.

¡Cuánta historia hay en cada uno de nuestros CDR! ¿Se ha divulgado suficientemente? ¿Qué huellas han dejado a lo largo del proceso revolucionario?

NACIDO ENTRE EXPLOSIONES

Durante su discurso al pueblo, sonaron dos petardos, como acción contrarrevolucionaria al acto de masas. Los allí reunidos, respondieron con vivas a la Revolución, pidieron paredón para los autores terroristas y entonaron las notas del Himno Nacional. Además, proclamaron una decisión invariable: ¡Venceremos!, ¡Venceremos!…

Sin detener su soflama, Fidel Castro señaló: “Ese petardito ya todo el mundo sabe quién lo pagó, son los petarditos del imperialismo. Creen que con petarditos nos van a asustar. Claro, mañana le irán a cobrar a su señoría y le dirán: ‘Fíjate bien, fíjate bien, en el mismo momento en que estaban hablando del imperialismo sonó el petardo”.

Y, seguidamente, expresó una verdad meridiana: “Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo, y no saben todavía la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo”.

Aquel día memorable, las palabras de Fidel retumbaron más que los explosivos con afán intimidatorio: “Estos ingenuos parece que de verdad se han creído eso de que vienen los ‘marines’, y que ya está el café colado aquí. ¡Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva! ¡Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva! Y vamos a ver cómo se pueden mover aquí los lacayos del imperialismo, porque, en definitiva, nosotros vivimos en toda la ciudad, no hay un edificio de apartamentos de la ciudad, ni hay cuadra, ni hay manzana, ni hay barrio, que no esté ampliamente representado aquí”.

Para hacer frente a las campañas de agresiones de la contrarrevolución interna y externa, Fidel anunció la creación de un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria, en cada calle, manzana y reparto, aprovechando la pasión revolucionaria del pueblo.

Buscando la misión de aquel sistema de vigilancia, el creativo adalid popular, trazó: “Porque les implantamos un comité de vigilancia revolucionaria en cada manzana… para que el pueblo vigile, para que el pueblo observe, y para que vean que cuando la masa del pueblo se organiza, no hay imperialista, ni lacayo de los imperialistas, ni vendido a los imperialistas, ni instrumento de los imperialistas que pueda moverse”.

EN LA PRIMERA LÍNEA

El pueblo asumió con mucho entusiasmo y responsabilidad la nueva tarea y, rápidamente, puso en jaque a los enemigos del proceso revolucionario.

Los bayameses, que nunca se han quedado atrás en nada, cuando Fidel orientó la creación de los CDR rápidamente organizaron, sin siquiera esperar orientaciones superiores, el sistema de vigilancia revolucionaria cuadra por cuadra y manzana por manzana.

En estos quehaceres tomaron parte destacada Luis Armesto y Julio Báez Medel. La impaciencia revolucionaria no podía aguardar lo principal: vigilar y salvar la obra transformadora que se llevaba a cabo.

Solo en el término municipal de Bayamo, que abarcaba Arroyo Blanco, Guisa, Bueycito, Veguitas, Cauto Embarcadero y Cauto Cristo, se crearon, en menos de un año, alrededor de tres mil CDR, con más de 25 mil miembros.

La metodología cederista que llegó después lo ajustó todo, pero ya se había recorrido un honroso trecho. El coordinador de la provincia de Oriente, Manuel Borjas Fernández, consideró positiva y sólida la estructura creada.

De igual manera, en la región de Manzanillo surgieron los primeros CDR en el mes de octubre de ese año, siendo nombrado su coordinador Vicente Vargas y como vice Miguel Cisneros Tornés. En menos de dos años, contaba con cerca de 12 mil integrantes, distribuidos en 934 CDR y más de 30 seccionales.

En el municipio de Jiguaní, correspondió el  honor de su constitución a Isael Díaz Ríos (Lelito), Ney Quesada y a Juan Luis Lemes, con la cooperación de alumnos seleccionados de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria locales.

Los CDR, en Niquero, tuvieron el aliento de su primera coordinadora, Juana González, y el de vigilancia, Miguel Naranjo, a la vuelta de un año contaron tres mil 500 integrantes, distribuidos en 115 CDR. Al fortalecimiento de la labor cederista se unieron Rodolfo Rodríguez, Emilio Jerez, Arturo Quiala, Edelmira Rodríguez y Eladio Ramírez, entre otros.

En la esfera educativa, los CDR sentaron las bases de la Campaña de Alfabetización, realizada a partir de enero de 1961. Detectar los analfabetos, buscar aulas, movilizar y ubicar a los alfabetizadores, estuvieron entre las actividades clave para su éxito.

Cuando la invasión mercenaria del imperialismo desembarcó por Playa Girón, el 17 de abril de 1961, los cederistas ayudaron a neutralizar la quintacolumna de los apátridas. De este modo, protegió la retaguardia de los combatientes que fueron a aplastar al agresor al sur de Matanzas.

A un año de la creación del CDR, Fidel reconocía la importancia de esta organización de masas para instrumentar las tareas populares. Y, profundizando en sus grandes misiones, enfatizaba: “Los Comités de Defensa de la Revolución es la organización en la retaguardia, retaguardia que a veces se convierte también en primera línea de lucha, para la lucha contra la quintacolumna, para luchar contra los saboteadores y los terroristas, para luchar contra los agentes del imperialismo”.

TAREAS CON MARCAS CEDERISTAS

Los CDR acometieron otras muchas tareas, como la formación ideológica de las masas, las campañas voluntarias de limpieza e higienización de los barrios, la recogida de materias primas, las masivas donaciones de sangre gratis, las campañas de vacunación y la lucha por la unidad revolucionaria del barrio.

En medio de la Crisis de Octubre de 1962, los cederistas laboraron en la distribución de alimentos y realizaron los censos para el plan de regulación de los abastecimientos mediante la libreta de control de los productos.

Ese mismo año ejecutaron y cooperaron en el desarrollo de la campaña de vacunación antirrábica y contra el cólera porcino.

En 1964, cooperaron en la vacunación contra la fiebre amarilla y el exterminio del mosquito Aedes aegyptis, causante de diversas enfermedades.

El propio Jefe de la Revolución, a medida que pasaban los años, ampliaba los contenidos de las actividades cederistas. El 28 de septiembre de 1970, en el décimo aniversario de los CDR, señalaba que ya no solo tomaba parte en las misiones de vigilancia, campañas de limpiezas y la recogida de materias primas, sino que, en su constante evolución, la organización asumía la producción de los bienes y servicios esenciales para el pueblo.

MÁS OCUPACIONES HONROSAS

En las manos de los CDR también han estado la atención y prevención de los alcohólicos y drogadictos, la tranquilidad ciudadana, la lucha contra las indisciplinas sociales, la denuncia de las ilegalidades y el respeto a los sagrados valores patrióticos y revolucionarios de la nación.

Asimismo, han sido el brazo de apoyo y canal de socorro en la protección de los ciudadanos ante las afectaciones climatológicas y sísmicas, como parte de los esfuerzos de los Consejos de Defensa y la Defensa Civil a todos los niveles.

Una ocupación que hoy se convierte en primordial, es la lucha contra los moquitos Aedes aegyptis y Aedes albopictus, transmisores de mortales enfermedades a las personas, como la fiebre amarilla, el dengue, la chikungunya y el zika.

La incidencia de estas arbovirosis ha aumentado 30 veces en los últimos tiempos, infectando cientos de casos anuales. De ahí la necesidad de la sistemática educación medioambiental, la sanidad de las casas, el tratamiento del agua y la recogida de basura en las calles y sus alrededores.

El 28 de septiembre del 2000, en el Palacio de las Convenciones, al conmemorarse el aniversario 40 de la creación de los CDR, el Comandante en Jefe valoraba: “A mí me parece que lo notable de la historia de nuestra Revolución es haber resistido todos esos intentos de destruirla, y, en ese sentido, aquel día en que se fundaron los Comités de Defensa de la Revolución fue un día verdaderamente histórico”.

Pero en la exégesis de la combativa organización, en sus 65 años de múltiples actividades, nunca ha faltado su enfrentamiento a las agresiones de los enemigos internos y externos, como primera vigilante y combatiente de la Revolución.

A los miembros de los CDR, los caracteriza la pasión y el orgullo por la armonía y la paz de la cuadra y del barrio, con sentido de pertenencia al pueblo y la defensa de la moral revolucionaria. Vigilantes y unidos, alegres y creativos, los cederistas granmenses continúan forjando la historia.

 

FUENTES: María Teresa Malmierca: CDR: aporte de la Revolución Cubana (2006); Cándido Justiz Pileta: Comité de Defensa de la Revolución. Más allá de aquel propósito (2008); Ventura Carballido Pupo y Rafael Ávila Ávila: Los CDR: savia de Pueblo (2008),  La Génesis Fecunda (2008) y Guardianes de medio siglo (2013);  y Jorge Lezcano: Fidel Castro y los CDR (2018).

 

 

 

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