Lázaro Cedeño, un hombre que no ha jugado las últimas campañas con Granma y tuvo que “mudarse” a Holguín porque “no cabía” con los Alazanes, ha sido hasta ahora el gran verdugo de su antiguo equipo en la joven 64 Serie Nacional, al punto de erigirse el líder ofensivo de los Cachorros en sus dos victorias ante los Caballos (6-0 y 4-2).
El riocautense se ha embasado ocho de las 12 veces que ha ido al bate -cinco bases por bolas, un sencillo y dos cuadrangulares, y ha impulsado cuatro carreras, todas decisivas.
Este jueves el número 24 de los holguineros disparó jonrón de tres carreras en la primera entrada del partido para aguarle el trabajo monticular al joven Sammy Benítez, quien llegó a ponchar a ocho rivales en siete episodios, pero terminó llevándose la derrota.
El martes, día inaugural del campeonato, otro cuadrangular de Cedeño abrió el camino de las carreras a los Cachorros y, como el juego concluyó en blanqueada, también fue uno de los héroes del partido.
Volviendo al choque de este jueves, los Alazanes se volvieron a ver limitados al bate, con solo seis hits en ocho episodios (no pudo jugarse el noveno inning por lluvia), aunque la buena noticia fue que llegaron los primeros bambinazos, salidos de los bates de Leonardo Alarcón y Darián Palma.
Esta vez fue Carlos Alberto Santiesteban el que amarró corto a Granma: trabajó cinco entradas, sin tolerar carreras y espaciando tres sencillos, con tres ponches repartidos. El relevista Michel Cabrera no fue tan dominante como el martes -soportó los dos vuelacercas mencionados- mas se se anotó el punto por juego salvado.
Después del resultado de hoy los Caballos están obligados a triunfar el sábado y el domingo para poder llevarse la subserie, que hoy favorece a sus rivales 2-1.
La única victoria de los pupilos de Marcos Fonseca López llegó ayer, precisamente cuando batearon los mejores artilleros del equipo, quienes todavía no han podido “carburar”.
Hasta el momento, solo los tres peloteros, todos integrantes del equipo sub 23, campeón nacional, se han mostrado en forma: Yulieski Remón (455), Leonardo Alarcón (444) y Ernesto Pérez (375).
Los demás tendrán que empezar a “carburar” para elevar el discreto 222 del equipo de forma colectiva y poder, en definitiva, hacer carreras, las cuales deciden los juegos de béisbol.