
Muchas son las puertas que abre el nuevo Código de las Familias a la protección del adulto mayor, así lo considera Ihomara Martí González, representante de la Red nacional de cuidados del adulto mayor en Granma.
“La normativa concibe un grupo de derechos de los ancianos, lo cual es muy significativo si tenemos en cuenta que en Cuba no existe una ley específica que proteja a este segmento poblacional y este Código inclusivo, viene a saldar esta deuda, afirma.
“También legisla sobre su rol en el entorno familiar, vela por su autonomía, inclusión, el respeto a las preferencias y seguridad; con énfasis en la prevención de cualquier manifestación de violencia, algo de lo que no escapan nuestros adultos mayores, víctimas de agresiones físicas, sicológicas, de violaciones de espacios y hasta usurpaciones de viviendas.
“Resulta positiva la inclusión de la figura del cuidador y sus derechos, si tenemos en cuenta lo necesario de diseñar en el contexto cubano un sistema integral de cuidados, al ser el nuestro uno de los países con mayor cantidad de personas envejecidas.
“El cubano convive con muchos prejuicios. Nos rige una sociedad patriarcal, machista, que defiende la creencia de que el cuidado de las personas de la tercera edad le compete en especial a las mujeres, quienes generalmente ven anulados sus proyectos de vida por llevar a cabo esta misión tan altruista, pero a cambio de cuántos sacrificios y renuncias.
A la luz de este nuevo código se respalda un salario para este cuidador, que abarca garantías, deberes, e impulsa la perspectiva de equidad en la percepción de los cuidados, de manera que la ley apuesta por menos renuncias y más derechos”, precisó la profesora de la Universidad de Granma.
Al cierre del 2021, según datos del Ministerio de Salud Pública, se estimó que las personas con 60 años o más representan el 21,9 por ciento de la población cubana.