Colombia, el interminable y difícil debate sobre la violencia

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Por Prensa Latina (PL) | 15 agosto, 2025 |
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FOTO/ El Independiente

Bogotá, – Colombia, con su sociedad conmovida por el asesinato del senador y precandidato a la presidencia Miguel Uribe (1986-2025), vuelve a repasar hoy el debate sobre la violencia que sacude al país desde hace aproximadamente ocho décadas.

Tras la muerte del congresista, a manos de un sicario de apenas 15 años, no tardaron en aparecer personas, algunas de las cuales parecen tener aspiraciones políticas, en señalar directamente al presidente Gustavo Petro como responsable del crimen.

El propio mandatario pidió no caer en la trampa de quienes con sus comentarios incitan a la violencia, y aseguró que dar rienda suelta al odio y la animosidad es el plan de los asesinos del político de oposición que con 39 años perdió la vida.

Por lo crispado del contexto, numerosas voces invocaron por concordia y unidad, incluso mientras se desarrollaban las exequias realizadas al difunto legislador.

Entre ellas estuvo la del arzobispo, que ofició la misa final, Luis José Rueda, y la de la vicepresidenta del país, Francia Márquez.

«Que su muerte sea semilla para la unidad, la reconciliación y el compromiso con el bien», solicitó monseñor.

La vicemandataria, por su parte, pidió al país «unirnos, a mantener la esperanza y a trabajar juntos por la reconciliación y la paz».

Sin embargo, no todos los discursos se concentraron en animar la concordia.

El del expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), cuyo mensaje fue leído durante el sepelio por el director general del partido Centro Democrático, Gabriel Vallejo, levantó algunas ronchas, sobre todo para una parte de la población que se denomina a sí misma como sobreviviente.

La participación del exjefe de Estado fue a través de un tercero debido al cumplimiento de su pena de 12 años de prisión domiciliaria por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal, y que cumple en su hacienda de Rionegro, en el departamento de Antioquia.

En su alocución planteó el exgobernante que Miguel Uribe, «nunca apeló a la combinación de las formas de lucha, a diferencia de algunos miembros de la Unión Patriótica que promovían el secuestro, participaban de órdenes de asesinato, pero se sentían con derecho a imponerse sobre la democracia».

La Unión Patriótica, partido conocido comúnmente en Colombia por sus siglas UP, surgió en 1985 como una colectividad de tendencia progresista.

Según determinaron la Jurisdicción Especial para la Paz y la Comisión de la Verdad, más de seis mil de sus miembros o simpatizantes fueron asesinados o desaparecidos en ataques perpetrados fundamentalmente por paramilitares u agentes del Estado.

No fue de extrañar entonces que la UP reaccionara inmediatamente de manera airada.

«Las declaraciones de Álvaro Uribe Vélez no solo incurren en estigmatización, sino que minimizan y trivializan las graves violaciones a los derechos humanos que han sido objeto de condena internacional contra el Estado colombiano por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos», apuntó en un comunicado la organización.

Añadió que negar o relativizar los crímenes es una afrenta a la memoria de quienes perdieron la vida por hacer política y, al mismo tiempo, alienta la impunidad y reabre heridas aún no cerradas.

«Resulta especialmente grave que estas afirmaciones provengan de un expresidente condenado por corrupción de testigos y señalado en múltiples informes por su responsabilidad en el contexto de la violencia política, particularmente durante su gestión como gobernador de Antioquia, donde ocurrieron al menos 500 asesinatos de militantes de la UP», remarcó.

Señaló por otro lado que emprenderán acciones legales correspondientes contra quienes insisten en desacreditar las decisiones de la justicia transicional e internacional y en negar que hubo un genocidio contra ese movimiento.

De acuerdo con algunos analistas, la declaración del expresidente es un intento de echar leña al fuego y demonizar a las fuerzas de izquierda, justo cuando se lamenta el asesinato de un joven político de las filas de la oposición y se alista todo para las elecciones presidenciales de 2026.

El presidente Gustavo Petro también rechazó el pronunciamiento del exgobernante Uribe.

«Aquí ante un féretro, se burlan otra vez de la justicia. Cometieron un genocidio político, no lo oculten», expresó.

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