Cuando el teniente del ejército batistiano Sánchez Mosquera inicia la persecución de los rebeldes en la Sierra Maestra, el Che le prepara varias emboscadas.
Con el objetivo de provocar a las avionetas de reconocimiento enemigo, el Che manda a construir dos banderas con consignas revolucionarias que hace desplegar en dos claros existentes entre las sierras. Una en las alturas de El Hombrito.
La situación en la Sierra Maestra era tensa por la permanencia de las tropas de Sánchez Mosquera y Merob Sosa.
En la noche del 29 de agosto de 1957, hace 66 años, un campesino informaba al Ché que había una tropa grande que subiría a las montañas por el camino de El Hombrito.
Varias eran las noticias falsas que llegaban por lo que este hombre fue tomado como rehén y juró que se escondían en la finca de Julio Zapatero.
La columna era muy joven, apenas llevaba mes y medio de constituida, sin embargo ya se movía entre las montañas. Ernesto Che Guevara reflexiona al respecto…“Todavía era muy novata la fuerza, había que preparar a los hombres antes de someterlos a trajines más duros, pero las exigencias de nuestra guerra revolucionaria obligaban a presentar combate en cualquier momento. Teníamos la obligación de salirle al paso a quienes invadieran lo que ya empezaba a ser territorio libre de Cuba.
“Para la emboscada a la tropa se le ordenó al pelotón de Lalo Sardiñas ocupar el lado Este y castigar con fuego a la Columna cuando esta fuera detenida. Ramiro Valdés con la gente de menos poder de fuego por el lado Oeste debía hacer una estilización acústica para sembrar la alarma.
“Ciro Redondo los atacaría en una forma oblicua y, el Che, con una pequeña Columna de los tiradores mejor armados, debía dar la orden de fuego con el primer disparo. La mejor escuadra estaba al mando del teniente Raúl Mercader, del pelotón de Ramiro, por lo cual fue colocada como fuerza de choque para recoger los frutos de la victoria.
“El plan era muy sencillo: Al llegar a una pequeña curva del camino donde este hacía un ángulo casi de 90 grados para bordear una piedra, el guerrillero argentino debía dejar pasar a 10 o 12 hombres aproximadamente y disparar sobre el último, de manera que quedaran separados del resto; entonces los otros debían ser rápidamente liquidados por los tiradores.
“La escuadra de Raúl Mercader avanzaría, tomarían las armas de los muertos y nos retiraríamos inmediatamente protegidos por el fuego de la escuadra de retaguardia mandada por el teniente Vilo Acuña”.
En la madrugada los rebeldes vigilan la casa de Julio Zapatero y al despuntar el sol observan el ajetreo de los soldados batistianos, comprobando que si era cierto lo que había comunicado el campesino que tenían de rehén. Los hombres rompen el cerco.
Los rebeldes ya estaban situados en su posición de combate.
Caminaban muy lentos y dispersos unos de otros, es por eso que el Che abrió fuego inmediatamente y el sexto hombre cayó; enseguida se generalizaron los tiros y, a la segunda descarga del fusil automático, desaparecieron los seis hombres del camino.
El tiroteo es nutrido. Los rebeldes se ven obligadosa huir nuevamente hacia las montañas. Ya en la base de El Hombrito, el Che decide defenderla hasta con el último hombre, sin embargo a pesar de sus intenciones en poco tiempo su columna se ve obligada a abandonar el lugar.
Las tropas de Sánchez Mosquera lo persiguen a pocos metros, cada intento de avance de las tropas es recibido por los rebeldes con una nueva emboscada.
El che ordena que parte de la tropa se retire hasta donde esta Fidel, él montaría una nueva emboscada con Camilo y su pelotón. El combate no se vuelve a producir porque las tropas de Sánchez Mosquera se habían retirado.
Este combate probaba la poca preparación combativa de la tropa rebelde que era incapaz de hacer fuego con certeza sobre enemigos que se movían a corta distancia.
Sin embargo obtuvieron con un pequeño puñado de hombres una victoria sobre ciento cuarenta personas por lo menos, con todos los efectivos necesarios para una guerra moderna.
El connotado asesino Merob Sosa no conforme con la derrota ordenó la quema de los bohíos y el asesinato de los campesinos.
El Hombrito mostró la creciente fuerza del Ejército Rebelde, el cual poco a poco fue definiendo su táctica defensiva de combate demostrando su valía en los combates sucesivos.