
Al jiguanisero de 29 años Isney Zaldívar Acuña se le ve alegre, a pesar de su limitada salud, cuando asiste a la sala de hemodiálisis que, desde abril pasado, se puso en marcha en el policlínico David Moreno, de Santa Rita.
“El trato es maravilloso; los médicos, enfermeras, auxiliares y asistentes son muy buenos conmigo”, acota el joven que llegó hace más de un año a esa instalación, por la insuficiencia renal que lo aqueja.
Zaldívar Acuña es uno de los 13 pacientes que recibe atención gratuita y especializada en la sala, inaugurada esta semana, como parte del amplio programa que se lleva a cabo en Granma, por el Día de la Rebeldía nacional (el 26 de Julio).
“Ya no tenemos que viajar a Bayamo, a veces se pasaba trabajo porque allí eran más pacientes”, explica, mientras agradece la ventaja de recibir el tratamiento en su municipio y evitar unos 20 kilómetros de recorrido, al trasladarse a la capital provincial; además, de lo que se ahorra el país por concepto de combustible.
Cuando asiste tres veces por semana y por cuatro horas y media en cada frecuencia, Isney tiene a su disposición uno de los cinco riñones artificiales allí instalados –con perspectivas de llegar a 12-, que en el mercado internacional cuestan 10 mil euros aproximadamente.
“Es una tecnología de primer mundo y lo más novedoso en estos momentos”, refiere la enfermera Eliusdelsis Batista Ávalo, quien integra el colectivo de 54 trabajadores que prestan servicios de nefrología.
Pero en medio de tanta incertidumbre por la pobre calidad de vida de los pacientes nefróticos, en el horizonte de Isney se asoma una esperanza, “es joven y puede ser trasplantado, ya comenzó las consultas y se mantiene a la espera de un riñón compatible”, concluye la doctora y nefróloga Yurisleydis Aguilar Acosta.

