
Cuando está a las puertas el Día mundial de la hipertensión arterial (HTA), este 17 de mayo, los especialistas del Ministerio de Salud Pública ponen señal de alarma, ante el alza en los
números de pacientes que se tratan por esa enfermedad no transmisible y que actualmente despunta, sobre todo en la población de 18 a 50 años de edad.
Una encuesta nacional realizada recientemente arrojó que el 30,9 por ciento de los adolescentes cubanos, muestran síntomas, lo que representa más de dos millones de habitantes, y lo más alarmante es que los pronósticos refieren un aumento de esa cifra en los próximos años.
En tal sentido, al cierre del 2022 también subió la estadística de niños obesos, uno de los
factores de riesgo, lo que trajo como consecuencia que del uno al tres por ciento de los
mayores de seis años se reportaran con la referida patología, en su mayoría dada por
desórdenes alimenticios, y el alto consumo de confituras ricas en azúcar, añadido a la poca
actividad física, problemática que puede ser controlada por las familias.
De igual modo, los adultos de 40 a 50 años se han descuidado en cuanto a los horarios de
alimentación, violentándolos con facilidad y sustituyendo fundamentalmente el almuerzo por productos con altos contenidos de harina y grasas, como pizzas, hamburguesas, refrescos y otros de los llamados ligeros, que multiplican los riesgos a elevar la presión arterial.
Por más increíble que parezca, en la medida en que la actividad cotidiana se desarrolla y
evolucionan los avances tecnológicos en función del conocimiento, los humanos más se
embullen en ello, desatendiendo sobremanera los buenos hábitos de alimentación.
El análisis de esas estadísticas demuestra que es urgente detenerse unos instantes para
ordenar la rutina nutricional, fundamentalmente en los niños, ancianos y en embarazadas, que son los grupos con mayores factores de riesgo.
La HTA en Granma provoca el 20 por ciento de las muertes cada año. También existen otros
hábitos que contribuyen, como el tabaquismo, el alcoholismo, el sedentarismo, y la
hipercolesterolemia (aumento de grasas en la sangre).
En la provincia, se registra en los jóvenes mayores de 18 años, más de 159 mil pacientes
hipertensos, lo que representa un 24,7 por ciento de los moradores, expuestos a padecer de enfermedades renales crónicas, trastornos cerebrovasculares y cardiovasculares.
Ese bombillo rojo respecto al tema ha impulsado la creación de diversos programas dirigidos por la Atención Primaria de Salud, que permiten detectar el padecimiento desde edades tempranas, sobre todo en los menores que presentan sobrepeso, en gestantes, y en quienes arriban a las cinco décadas de vida.
El control se ha establecido desde los consultorios de la familia, encargados de chequear los tratamientos que lleva cada paciente según el grupo etario al que pertenece. El médico y enfermera también son responsables de la orientación sobre las la buenas prácticas y estilos de vida saludables, y de enfatizar en las múltiples secuelas de incapacidad que la HTA provoca.
Para evitar este tipo de padecimiento, sobre todo en estos tiempos en los que se escasean los medicamentos, es aconsejable reducir el uso de sal y azúcar, ingerir más de dos litros de agua diariamente, alejarse del consumo de tabaco y alcohol, controlar la incorporación de alimentos procesados, como embutidos, ahumados y enlatados, aumentar las frutas en las dietas, mantener en peso corporal adecuado y la práctica de ejercicios físicos.
De esa manera, será más fácil evitar que se produzca el aumento, sostenido en el tiempo, de la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias, y podrá disfrutar de una mejor calidad de vida.