
Desde la Plaza de la Patria, en Bayamo, partió hacia Baracoa en horas de la tarde del 7 de octubre último, una flotilla compuesta por 15 equipos pesados, tres vehículos ligeros y 24 operadores, con la misión de contribuir a restañar las profundas heridas allá causadas por el huracán Matthew, tres días antes.
Al frente fue Ramón Hernández Ávalo, director general del Grupo empresarial de la construcción Granma (Gremco), quien permanece en la Ciudad Primada con algo más de centenar y medio de constructores granmenses.
Al oscurecer de un largo viernes, junto al malecón de la citada urbe, Hernández Ávalo conversa con periodistas de esta provincia, explicándoles que una avanzada de constructores granmenses llegó a Baracoa el 2 de octubre.
“En cumplimiento de decisiones adoptadas en nuestro ministerio, las fuerzas que teníamos en Moa, en la provincia de Holguín, se movilizaron para aquí con un grupo de medios que fueron trabajando en la fase previa al paso del huracán”, dice Hernández Ávalo.
Añade que después del tránsito del meteoro, iniciaron enseguida la liberación de calles y terrenos que estaban totalmente obstruidos, en primer lugar el aeropuerto, para facilitar la llegada, vía aérea, de autoridades de todo el país.
Resalta que los escombros recogidos superan los 70 mil metros cúbicos, depositados todos en un solo punto, en el vertedero de Baracoa, el cual reconstruyen según las exigencias del Citma (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente) y de Salud.
“Algo no podemos olvidar, es que aquí encontramos a nuestros hermanos (granmenses) de las FAR y nunca nos separamos de ellos, estuvimos con la tropa del coronel Loren todo el tiempo. Los jóvenes soldados, trabajadores civiles de las Fuerzas Armadas y los constructores, éramos uno solo. Somos uno solo”, asevera Ramón Hernández.
Añade que en la actualidad en Baracoa se mantienen 160 constructores granmenses, quienes laboran de forma ininterrumpida 21 jornadas, se les da cinco días de pase, al salir entra otro grupo, “así no paramos. Los constructores del Ministerio de la Construcción no tenemos derecho a parar, mientras esta provincia y este municipio estén en recuperación”.
Enfatiza que la misión de esa fuerza es contribuir a restañar los daños ocasionados por Matthew, y la acometen “con gusto, con agrado”, como lo hicieron los guantanameros cuando a los granmenses les hizo falta, por ejemplo, tras ser afectada la parte sur de esta provincia por el ciclón Dennis, en julio de 2005.
“Los constructores, como los trabajadores eléctricos y los de las comunicaciones, somos así, una gran familia y nos unimos todos para salvar lo que haya que salvar”.
–¿Cuál es, en estos momentos, la tarea más importante que ejecutan constructores granmenses en Baracoa?
-Nosotros, junto con personal de la provincia de Holguín, estamos recuperando un vial en la vía Mulata, que llega hasta un lugar conocido por Puente de los colombianos, del lado allá; en una zona virgen, trabajan compañeros de las FAR, ellos hacen la trocha y nosotros vamos a hacer el vial.
“La lluvia no nos deja avanzar. En Baracoa tenemos la suerte de que llueve en la mañana, en la tarde y en la noche. Esperemos que el tiempo cambie y nos permita adelantar.
“Ese vial es el que resolverá de manera definitiva el acceso a Moa, Después pasaremos a trabajar en la margen izquierda del río Toa, que es realmente muy, muy, caudaloso, luego se recuperará el puente sobre él, pero eso es en otra etapa. Cuba y Venezuela trabajan en los proyectos.”

Al preguntarle sobre la vitalidad constructiva en Granma, Hernández Ávalo reitera, pues no es la primera vez en declararlo, que se mantiene con fuerza de trabajo y equipos suficientes para continuar las acciones en marcha, y cuadros de dirección preparados para encauzar su cumplimiento.
