
Un nuevo asentamiento con el sugestivo nombre de La Villa, en Jiguaní, le nace actualmente a esta ciudad, capital del municipio homónimo de la provincia de Granma, en la zona oriental de Cuba.
El futuro barrio recibe la denominación de ecológico por el tipo de materiales empleados en la edificación de las viviendas que lo conformarán.
La cimentación la hacemos con piedra viva (también llamada de potrero), y un mortero compuesto por tres partes de arena de río y una de cal, sin cemento, explicó in situ Julio Flores Vanegas, constructor que acumula 42 años de experiencia.
Él está al frente de una brigada de obreros de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Jiguaní, perteneciente a la Empresa Provincial de Construcción y Mantenimiento Constructivo (EPCMC) del Poder Popular, encargada de levantar siete de las 17 viviendas en ejecución; mientras las restantes 10 las asumen trabajadores por cuenta propia.
En las paredes de todos los inmuebles se utilizarán bloques también ecológicos, cuya composición material incluye un 80 por ciento de cocoa o tierra blanca, 10 de arena fina de río, e igual cantidad de cemento, detalló el ingeniero Iván Oliva Mojena, director de la EPCMC.
Añadió que, paralelamente, realizan pruebas para sustituir el cemento por hidrato de cal –de cualidad aglomerante–, con el objetivo de generalizar la experiencia si el resultado cumple los parámetros requeridos, a partir de su validación en el laboratorio.

Vladimir Oconnor Montero, operario integral con tres décadas de permanencia en el sector, avaló dicha tecnología argumentando su empleo “desde hace siglos”.
Unos cuantos años atrás, dijo, partes de su propia casa se levantaron con ladrillos de barro, y para el repello fue utilizado un mortero de arena y cal; y ahí están, “como el primer día”.
En Jiguaní existen otras experiencias del uso de técnicas constructivas tradicionales, específicamente durante la década de los años 90 del pasado siglo, en particular por obreros de la Empresa Pecuaria 14 de Junio.
Entonces, una brigada de esa entidad hizo viviendas con los llamados bloques machimbrados –de tierra comprimida y mampuesto–, los cuales han resistido el paso del tiempo.
Oliva Mojena agregó que, de comprobarse su eficacia, el proyecto “cero acero, cero cemento”, de la UEB Jiguaní, se extenderá a los otros 12 municipios de Granma.
La medida forma parte de las alternativas encaminadas a mantener el programa estatal de construcción de viviendas pese a las limitaciones de recursos materiales.