Conversación frente a la portada de un libro

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Por Luis Carlos Frómeta Agüero | 30 mayo, 2023 |
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La pasión literaria de la manzanillera Marlene Moreno Sosa justifica dedicar la vida a las letras, la academia, la edición de libros…Una ojeada por la primera página revela los detalles.

-Cuéntame de tus inicios.

-Comencé a escribir mis primeros textos mientras estudiaba la Licenciatura en Español-Literatura, en la sede universitaria Blas Roca Calderío, de Manzanillo, de la que egresé en 1999.

-¿Por qué el mundo literario?

-Me abrió las puertas a muchos caminos: la investigación, edición, redacción, incursionar en géneros como el ensayo, la poesía y, sobre todo, favorecer la realización profesional.

-Publicaciones

– Varias, aparecen reflejadas en la Enciclopedia digital de Manzanillo, en el suplemento La Campana, de Granma, y en proceso un ensayo en poder de la Universidad de Nottingham, en Inglaterra.

-¿Cómo llegas al Centro de promoción de la cultura literaria Manuel Navarro Luna?

– En el año 2004, llegué a la institución como investigadora, vinculada al evento teórico de la Jornada nacional Navarro Luna, en estrecho contacto con los escritores que allí acudían.

“Tres años después, me incorporé al departamento de Español-Literatura, de la Universidad de Granma, y en el 2013 regresé al Navarro como editora, correctora y bibliotecaria, hasta el 2020”.

-¿Qué te aportó el centro?

-Entrar en contacto con el movimiento literario contemporáneo, sus caminos y derroteros, producir textos, conocer por dónde andaban las voces que hoy pueblan la literatura nacional y nutrirme de ellas, como abono, para cultivar mi producción literaria.

-¿Y el trabajo de edición?

-Una hermosa tarea, tuve la posibilidad de editar libros, como Lino Novas Calvo, desde la incertidumbre y la certeza, de la Doctora en Ciencias Olga Portuondo Zúñiga, y Travesía del silencio, del Doctor en Ciencias Enmanuel de Jesús Tornés Reyes.

“El trabajo como editora me dotó de las herramientas para entender la obra que luego regresa a tus manos como un cuadro a la vista del espectador. Es la otra parte de mí, el complemento para quienes nos acercamos a esa labor”.

-¿Cómo valoras la promoción de narradores y poetas en Manzanillo?

-La ciudad es tierra de poetas y narradores, heredera de un rico caudal literario enarbolado por Juan Francisco Sariol, Luis Felipe Rodríguez, Manuel Navarro Luna…, que de una u otra forma tributaron al patrimonio nacional.

“Pienso que debe promoverse aún más el trabajo de los nuevos valores, para mantener viva la esencia de los fundadores, y aunque varias de las obras consagradas aparecen en el programa nacional de Literatura, Enseñanza Media, aún tiene mucho que buscar en tierra manzanillera”.

-Se acerca la jornada de homenaje a Navarro. ¿Qué esperas de ella?

-Un fructífero intercambio de creación, al que lleguen nuevas figuras de la intelectualidad cubana, para abrir las puertas a las letras y a sus seguidores.

“Será un espacio para la reflexión, el diálogo y el debate que estimulen las bases para ganar en calidad y acercamiento a quienes hasta ahora no lo han hecho”.

Convencido de que la inserción local al movimiento literario nacional  es la gota de rocío que necesita la flor para mantener la lozanía, paso la página y me despido hasta un nuevo encuentro.

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