De Baraguá a Mantua: épica hazaña

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 22 enero, 2023 |
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La Invasión a Occidente, llegó victoriosa a Mantua, provincia de Pinar del Río, el 22 de enero de 1896, hace 127 años, en una campaña considerada de trascendental importancia militar, económica y política para la causa independentista.

Aquella campaña respondía a un viejo deseo de Antonio Maceo y el dominicano Máximo Gómez. El propósito de ambos generales insurrectos era extender la contienda libertadora por toda la Isla para obligar a España a pelear a la vez en las seis provincias con que contaba el país en aquel momento, y así debilitarla en todos los frentes.

Cuando se consolidó la lucha en la zona oriental, Maceo formó un contingente con una parte de sus tropas para pasar hacia Camagüey y unirse con Gómez en Las Villas y avanzar rumbo al objetivo propuesto.

Con alrededor de mil 400 soldados reunidos en Mangos de Baraguá se inició la marcha el 22 de octubre de 1895.

Antes de la partida de la Columna Invasora Antonio Maceo hace su Alocución a los Orientales, que había escrito en los Mangos de Baraguá el 18 de octubre:

“Vosotros, a quienes cabe la indisputable gloria de haber sido los primeros en lanzaros en armas contra la tiranía española el 10 de octubre de 1868 y el 24 de febrero de 1895, sois los llamados por segunda vez, por mandato de nuestros jefes superiores, a llevar vuestras triunfadoras armas hasta los confines de Occidente y auxiliar a nuestros hermanos de aquellas regiones que os esperan llenos de fervoroso entusiasmo… El Gobierno de la República, el país, que está con nosotros, y la opinión universal, tienen sus ojos y sus pensamientos fijos en vosotros en estos supremos momentos en que se ha de decidir la suerte futura de un pueblo desgraciado… ¡Orientales, la suerte de la Patria está en vuestras manos!

Maceo y su tropa burlan el alto mando militar de Holguín y avanzan a Camagüey, cruzan la Trocha de Júcaro a Morón el 30 de noviembre de 1895 y se une al Generalísimo Máximo Gómez en territorio villaclareño.

Gómez asignó a Maceo el cargo de Lugarteniente General del Ejército Libertador y jefe de la columna invasora. Reunidos ambos estrategas militares, Maceo comprobó que sólo contaban con un promedio de dos balas por cada combatiente. La orden fue clara y precisa: había que arrancarle las armas y municiones al enemigo.

Ambos jefes mambises se unieron de manera inseparable. Desde el Oriente cubano partió Maceo, mientras Gómez organizaba a sus tropas desde Camagüey, empeñados en llevar la lucha contra el colonialismo español por todos los confines de Cuba.

La columna invasora contaba con más de cuatro mil hombres, mientras los españolas, entre soldados y voluntarios, tenía una fuerza de más de 200 mil infantes y artillería, pues la metrópoli había concentrado la mayoría de las fuerzas militares en esa región.

Desde el punto de vista económico los objetivos de la invasión mambisa eran impedir el desarrollo de la zafra azucarera para destruir la economía de Occidente, y desde el punto de vista político eliminar las manifestaciones de caudillismo y regionalismo, extender la República en Armas y lograr el reconocimiento internacional a sus luchas, y en cuanto a lo militar era necesario extender la guerra a todo el país, aumentar en armas y combatientes al Ejército Libertador, abrir las costas a las expediciones y dispersar las fuerzas españolas.

Durante los tres meses que duró la travesía  los libertadores recorrieron a pie y a caballo cerca de mil 800 kilómetros, sostuvieron 27 combates, ocuparon 22 poblaciones importantes y arrebataron al enemigo abundante equipo militar, incluidos dos mil 036 fusiles y 67 mil cartuchos.

Para hacer más viables las acciones de Antonio Maceo en Pinar del Río, Máximo Gómez utiliza la táctica de “la lanzadera” para distraer las tropas españolas en La Habana. Esta táctica consistía en el constante ajetreo de un lado a otro.

Maceo atraviesa Pinar del Río ocupando numerosas poblaciones a su paso. Llega victorioso a Mantua y pone a ondear la bandera de la estrella solitaria el 22 de enero de 1896.

El mundo entero quedó impresionado por la gesta. El periódico norteamericano The Sun comentó: “La habilidad de la estrategia del jefe revolucionario jamás ha sido sobrepasada en una guerra (…) se acerca más a los prodigios de la leyenda que a los anales auténticos de nuestro tiempo. Gómez ha desplegado en toda esta campaña admirable genio militar”.

Por otro lado el general estadounidense Sickles, veterano de la Guerra de Secesión, la enjuició así: “La marcha de Gómez, desde el punto de vista militar, es tan notable como la de Sherman (…) debemos poner a Gómez y a Maceo en la primera fila de la capacidad militar”.

Varios estudiosos del tema han calificado esta hazaña como “el hecho militar más audaz de la centuria”, porque se logró golpear las fuentes de riquezas que daban ganancias a España, el alto mando español tuvo que dispersar sus fuerzas por toda la Isla, la guerra llegó al Occidente con la incorporación de las fuerzas cubanas, se demostró la unidad de los jefes en contra del regionalismo y el caudillismo, la autoridad del gobierno de la República en Armas se extendió a todo el país, el mundo conoció  el conflicto cubano-español y hubo un despertar hacia la causa de la independencia.

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