
La provincia de Granma registra un decrecimiento de 285 cabezas de su masa mular, en comparación con el año anterior, fundamentalmente en las zonas del Plan Turquino, situación que no ha podido frenar en los últimos años.
A partir del 2022, comenzaron a registrarse altas cifras de muertes con el mayor peso por el hurto y sacrificio ilegal de la especie, asimismo, influyó negativamente su sobreexplotación, con arrias de solo tres animales, en vez de cinco, e inadecuado manejo de la alimentación , entre otras.
Según las más recientes evaluaciones resultaron insuficientes los 82 de nacimientos; disminuyeron en 26 los patios, con 611 yeguas reproductoras menos, y en cantidad de los puntos de monta directa durante esta etapa.
La cifra más elevada de decrecimiento de la masa, están en las empresas agroforestales Ataque de Bueycito, de Buey Arriba, Batalla de Guisa y Bartolomé Masó, estas últimas pertenecientes a los municipios de igual nombre, a las que se sumaron Pilón, Media Luna y Campechuela.
La importancia de esta actividad exige de un riguroso trabajo para su rescate lo que fue destacado por la ingeniera Pecuaria y Máster en Ciencias, Teresa Atencio Rosabal, especialista en la Delegación provincial de la Agricultura.
La población del mulo, especie animal que por su alta resistencia para el trasiego de personas y mercancías en zonas escarpadas, es pilar del desarrollo económico y social de la serranía granmense.
Su utilización y cuidado se torna invariable en cualquier período que, además, de tradición, continúa siendo necesidad para elevar los niveles productivos en las plantaciones cafetaleras y otros rubros económicos de demanda de alimentos para la sustitución de importaciones y la exportación.
Actualmente, la provincia cuenta con más de cinco mil cabezas de este híbrido, resultado del cruce de burro con yegua y predominio de propietarios privados.