
Para los docentes y estudiantes de la carrera de Licenciatura en Educación Logopedia, del campus Blas Roca Calderío, de la Universidad de Granma, la excelencia es una conquista.
Capaz de transformar realidades, la especialidad es fuente inagotable para la formación integral de los profesionales que hacen posible el asombroso proceso del cambio y adquisición de habilidades comunicativas en niños y niñas con trastornos del lenguaje.
“Es hermoso, porque formamos a los pedagogos que en sus contextos de acción dotan de herramientas básicas a padres, familias, educandos, para que ese vital proceso de la comunicación fluya sin impedimentos”, describe la profesora e investigadora Lisvania Labrada Bachelor.
“El lenguaje se aprende por imitación y, si el niño no tiene una estimulación correcta desde edades tempranas, ¿cómo aprenderá a hablar, a comunicarse? Por eso, la Logopedia es ese incentivo aleccionador que exhorta a comenzar esta faena desde el vientre de mamá, y busca prevenir, revertir a tiempo o compensar”.
CON CIENCIA
Desde la apertura, en el período académico 2007-2008, en el campus universitario de la ciudad de Manzanillo, la Logopedia ha crecido por medio de tres generaciones de planes de estudios en la manera presencial, con la vigencia del E hace ocho años.
Hoy 82 jóvenes de Granma cursan los cuatro ciclos de la licenciatura en la modalidad diurna, y se nutren de la erudición de “un claustro con prestigio profesional, tanto en el territorio granmense como a nivel nacional, manifiesto en un elevado sentido de pertenencia, compromiso social y alta preparación científico-técnica”, estima el Máster en Ciencias Luis Enrique Labrada Estrada, coordinador de la carrera.
La ejemplaridad de sus 35 pedagogos trasciende debido a la formación científica, 21 de ellos ostentan el grado de Doctor en Ciencia y más del 70 por ciento de los restantes posee la categoría académica de Máster o Especialista en diferentes programas. En el ámbito docente, 29 son profesores titulares y auxiliares, y sólo hay seis asistentes o instructores.
“Contamos con una estrategia de sostenibilidad destinada a la formación del claustro con un profundo dominio de la ciencia, y madurez para solucionar los problemas científico-educacionales del entorno”, comenta el también profesor auxiliar Labrada Estrada.
Con programas académicos propios, se ha contribuido a la preparación teórica de los maestros de los niveles educativos Primera Infancia, Primaria, Especial y en la propia formación del logopeda, quienes extienden su acción a los entornos familiares y comunitarios.
QUIEN SOY…
“Trabajar en la prevención, corrección y compensación de los trastornos del lenguaje y la comunicación en las primeras edades, es un reto permanente”, precisa la Máster en Ciencias Clara María Rodríguez Vázquez, profesora principal del segundo año.
“Por ello no cesamos en buscar estrategias para que nuestros estudiantes logren esa inclusión educativa de quienes padecen trastornos como la dislalia, rinolalia, tartamudez, u otros más complejos como la disartria y afasia, que requieren de rehabilitación física”.
Para ello, extienden sus voces más allá del marco universitario y despiertan la expresividad con iniciativas, juegos didácticos, softwares, charlas, trabajo multidisciplinar. Desde el gabinete logopédico se convierten en agentes de cambios en las instituciones de la Educación General, barrios, consultorios médicos, empresas.
Su proyecto extensionista Quien soy deja huellas es uno de esos sortilegios de renovación que siembra conexiones en comunidades en transformación, como el Reparto Juvenil, del consejo uno Camilo Cienfuegos, de Manzanillo. “La satisfacción mayor es escuchar a un niño con parálisis cerebral infantil que ya logra hacer narraciones de cuentos en nuestras actividades”, detalla Rodríguez Vázquez.
La vocación sensible y humanista de los estudiantes condiciona sus potencialidades. Las habilidades pedagógicas, articuladas con los componentes investigativo, extensionista y laboral, contribuyen a altos índices de eficiencia académica en la carrera universitaria, superior al 95 por ciento en los cursos 2022 y 2023.
Los 37 egresados con Título de oro y 28 premios al Mérito Científico Estudiantil, obtenidos en el último quinquenio, lo evidencian; también el vínculo de cerca del 97 por ciento de la matrícula actual a proyectos de investigación, como el de gestión empresarial en la Empresa Pesquera Industrial Granma, y la pertenencia a los cuatro grupos científicos de pregrado y al movimiento de alumnos ayudantes.
Egresadas en 2023 y 2024, respectivamente, las jóvenes en adiestramiento dentro del claustro, Lorena Navarro Palancar y Susel Rojas Labrada, coinciden en el agradecimiento “por la instrucción de calidad” y “el perfeccionamiento continuo”.
La acreditación de la Licenciatura en Educación Logopedia ratifica su condición de excelencia, emergida de estos profesores que incentivan la integralidad del estudiante, el crecimiento científico y modelan el modo de actuación profesional al servicio de una sociedad expresiva y eficazmente comunicativa.