
El niño soñaba con estudiar y ser un pintor profesional, tal vez porque los colores le dan a la vida humana otro sentido, pero la dicha de una escuela, en su momento estudiantil, no pudo cumplirse. A pesar de ello, el talento habitaba en el interior de José Roberto Ocaña Brito, a quien finalmente sedujo el pincel.
Desde el 24 de septiembre, la expo Fragancias ocupa el lobby del teatro Bayamo.
¿Qué le motivó a realizar esta exposición?
-El motivo principal es la experimentación con el arte ecológico. Hay un boom hoy día con el trabajo basado en las tintas, no solo el café, todas las orgánicas, plantas, frutos y flores que se emplean en el mundo. Además, me inspiran los pilares fundamentales de mi obra: la mujer, la flora y la fauna, pues son elementos clave en estas propuestas.
¿Por qué Fragancias?
-Buscamos un nombre sugerente para acercarnos al olor del café, y el juego de la palabra con los olores de las mujeres, los frutos y las flores. No es solo el aroma del grano, sino de los elementos que componen la obra.
¿Cómo llega el café a convertirse en tinta y base de sus propuestas?
-Quería enmarcarlo en la tradición familiar. Mis abuelos eran caficultores y quise reflejar esta esencia en la obra. Luego quisiera experimentar con otras tintas.
La cerámica forma parte de su obra y lo representa, ¿le es sencillo cambiar la arcilla por el pincel?
-Fragancias se relaciona con mi quehacer en la cerámica, la mayólica es un trabajo pictórico sobre el relieve, por lo cual es más sencilla la fluidez entre ambas partes. En cuanto al resultado de la imagen, se aprecian varias similitudes, casi igual.
2002
En el año 2002, el artista presentaba la que por varios años sería su última exposición personal; sin embargo, no dejó de crear. “Durante 15 o 16 años estuve alejado del lienzo, trabajé en varios talleres la cerámica. Estuve, además, en eventos y exposiciones colectivas”.
“La mujer es valiosa entre los recursos visuales que me caracterizan, no estuvo presente en una ocasión, en la expo del año 2002, cuando colaboramos con Lucía Muñoz, nuestra novia de Bayamo, pero estaba su poesía y su presencia”.
Hoy, junto a su esposa y representante, construyen la realidad de lograr nuevas metas, ellos muestran sólidos resultados, como un buen equipo. En la familia la creatividad se presenta como el miembro más hospitalario del núcleo.
