
Manzanillo. – El sol brilló hoy más hermoso entre las cumbres del Turquino y desde La Demajagua, digno sitio de esta geografía manzanillera, la gente sencilla, noble y revolucionaria que reside allí acudió temprano a las urnas.
Amanda Arévalo, vocal de la mesa electoral ubicada en la escuela primaria de nombre homónimo al lugar donde está enclavada expone que la respuesta no puede ser otra.
“Todo se organizó bien temprano, consciente de la trascendencia de este momento para la Patria, para la continuidad de nuestro Socialismo.
“Es otro día de compromisos, como el pasado 10 de octubre, aniversario 150 del inicio en este lugar de las luchas por la independencia, liderada por el Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes.
“El Sí es refrendar que nuestros hijos, nietos, las nuevas generaciones disfrutarán siempre de la Educación, la Salud y el Deporte como conquistas legadas por Fidel. Nuestra unidad es indestructible”.
En el colegio número uno de la circunscripción 59 de la escuela de La Demajagua ejercen su derecho al sufragio 265 electores, mayores de 16 años.
Félix Ramírez fue el primero en depositar la boleta en la urna: “Me levanté bien temprano. La respuesta no puede ser otra que acompañar el fortalecimiento del Socialismo, acrecentar nuestros ideales y principios.
“La Constitución la redactamos todos porque se tuvieron en cuenta lo que opinamos aquí cuando todos los comunitarios la debatimos. Este es uno de los privilegios de los cubanos”.
El joven José Milán Arévalo expone que desde las seis de la mañana se alistó junto a su nieta, una de las pioneras que esta mañana custodia las urnas.
“Ella estaba muy emocionada desde la noche anterior. La acompañé hasta aquí y entre sonrisas confirmaba que esta es una Revolución que todos tenemos que defender, por la libertad que disfrutamos, por la certeza de que mi pequeña crecerá y aportará luego lo que ella sea capaz de ganar en conocimientos.
“Mi voto fue por el sí porque en él va la determinación del pueblo de continuar siendo independientes y soberanos”, expresa Milán y se marcha a sus labores agrícolas, como hace cada mañana de domingo.

