Despertar a risas la esperanza

Share Button
Por Denia Fleitas Rosales y Gisel García Gonzalez | 1 noviembre, 2025 |
0
FOTO Agustín Rodríguez Sam

Cuando los vientos huracanados de Melissa se empeñaron en entronar desconsuelo, un grupo de artistas provocaron sonrisas en centros de evacuación de Bayamo.

Integrantes del Proyecto Tarequeando, los payasos Tareco, Turrón y Barbarito dejaron de ser Yosvenis Torres Viltres, Vladimir Guerra Rodríguez y Bárbaro Alejandro Reyes Reyes, respectivamente, para ahuyentar la tristeza, la incertidumbre y la angustia.

“Estuvimos en la Escuela de Iniciación Deportiva Pedro Batista, en la Escuela Pedagógica Rubén Bravo, en el Instituto Preuniversitario Vocacional Silberto Álvarez Aroche y aquí, en el Campus II de la Universidad de Granma, junto al mago Iván Moreno Pacheco y el poeta Juan Manuel Reyes Alcolea.

A ellos les bastaron 45 minutos de chistes, payasadas, magia, cantos, en estas instituciones para desplazar las nostalgias y conquistar el júbilo de quienes permanecen en los centros estatales de evacuación, dispuestos para asegurarles a los más vulnerables la vida.

“En el espectáculo del Silberto Álvarez había muchas caras de tristeza, rostros preocupados por lo que dejaron detrás: tal vez alguien de la familia, las casas, algunas pertenencias, sus animales, y al iniciar la presentación ver cómo se transformaron los rostros, cómo la tristeza es reemplazada por la alegría es significativo para el artista. Es realmente gratificante, y nos percatamos de que lo que hacemos está bien y es recibido con esperanza”, narra Torres Viltres.

Obligación, no, “para mí es un deber contribuir con ese público que nos recibe cuando vamos a los municipios. Es el mismo que cuando hemos estado en sus lugares de residencia nos han dado espacio en sus hogares. Por eso, en medio de estas circunstancias es un deber traerles la alegría, la palabra de fe y aliento, con todo el amor del mundo.

“Ellos realmente lo merecen y estamos comprometidos con ese público que nos sigue día a día por las redes y cuando estamos de frente en vivo.

Públicos diversos, grandes y chicos, pero “la interacción con los niños es genial. Cuando ellos ven al payaso, al mago, a la cantante, no recuerdan que hay un ciclón. Van a divertirse en el momento y por instantes olvidan que están en un centro de evacuación porque sus casas son vulnerables. Disfrutan de eso que venimos a entregarles, de los instantes de felicidad en los que nosotros les hacemos desconectar de ese momento trágico que están atravesando; y es lo que nos hace sentir orgullosos de nuestro arte.

“Es el comienzo de unas cuantas funciones de Tarequeando, y como expresé en las redes sociales: tras el paso del ciclón, aquí estamos para brindar el corazón y también para apoyar en lo necesario a la recuperación.

“Hoy, cuando algunos dicen que hace falta comida o techo, brindar alegría y que el público la acoja como un tejado, un escondrijo, es realmente genial”.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *