Después de la tormenta no hay calma (+ fotos)

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Por Orlando Naranjo Escalona | 6 noviembre, 2025 |
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FOTO Orlando Naranjo Escalona

Bartolomé Masó, Granma. – A una semana del paso devastador del huracán Melissa, el municipio de Bartolomé Masó se levanta entre escombros, techos deshechos y una naturaleza herida, mostrando las profundas cicatrices dejadas por el meteoro.

Aunque el mayor tesoro, la vida humana, se preservó gracias a las medidas preventivas y la disciplina de la población, el panorama en este territorio granmense es de reconstrucción y persistencia.

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Las cifras preliminares del desastre hablan por sí solas. El sector de la vivienda fue uno de los más castigados, con un saldo de más de mil 70 afectaciones, de estas 20 son derrumbes totales, mientras que el resto sufrió la pérdida total o parcial de sus techos, dejando a miles de masoenses a la intemperie o en condiciones de hacinamiento con familiares y vecinos.

La infraestructura socioeconómica no escapó a la furia de Melissa. Dos Consultorios Médicos de la Familia (CMF) quedaron totalmente destruidos, 19 escuelas reportan daños, junto a cinco bodegas, una unidad del Sistema de Atención a la Familia y el techo parcial del estadio deportivo Pablito Ríos. Se suman a esta lista seis minindustrias, lo que también atestigua el golpe directo a la capacidad productiva y de servicios directos a la población.

La Comandancia General del Ejército Rebelde en La Plata, otrora puesto de mando de Fidel aquí en la Sierra, sufrió daños, pero no los que muchos consideraban. De las cerca de una veintena de instituciones que conforman el complejo monumentario, solo cuatro reflejan deterioros significativos. La casa de Fidel permaneció intacta. Las restantes afectaciones están siendo restañadas por los propios trabajadores del sitio histórico, como es el caso de senderos, locales administrativos y cultivos de su autoconsumo.

GOLPE PROFUNDO A LA AGRICULTURA Y EL CAFÉ

El campo masoense, pilar de la economía local, enfrenta pérdidas cuantiosas. Fueron declaradas como afectadas 206 toneladas de plátano, 465 de yuca, 35 de boniato, 8.8 de frijol, 75.4 de arroz y 22.5 de calabaza.

Pero el golpe más sensible lo recibió el café, cultivo insignia de la serranía. Todo el macizo cafetalero del municipio fue dañado, con pérdidas estimadas en 14,8 toneladas de café, tanto en grano verde como maduro, un duro revés para los campesinos de la zona.

También fueron afectadas nuevas áreas previstas para la siembra, entre las que se incluyen cultivos como la malanga y la yuca, así como diversos granos comprometidos con la campaña de frío.

AISLAMIENTO Y COLAPSO DE SERVICIOS ESENCIALES

La situación es crítica en varias comunidades montañosas, que permanecen aisladas debido a deslizamientos de tierra. Minas del Frío, Mompié, Vegas de Jibacoa, La Miel y La Platica están incomunicadas por vía terrestre, lo que complica la llegada de ayuda y la evaluación precisa de daños, aunque las principales autoridades del territorio han llegado a cada una de ellas.

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Las redes eléctricas y de las comunicaciones sufrieron una de las mayores afectaciones. El derribo de 18 postes eléctricos, un transformador averiado, cuatro subestaciones afectadas y cientos de árboles sobre el tendido, han dejado un saldo de 12,6 kilómetros de redes eléctricas y 52 km de acometidas dañadas.

Como consecuencia, el municipio completa ya una semana sin un servicio estable de electricidad, lo que impacta todos los aspectos de la vida.

Las comunicaciones también estuvieron interruptas totalmente durante más de 48 horas y de manera intermitente actualmente en varios poblados a falta de suministro eléctrico para las estaciones. Más de dos mil 900 servicios de telefonía fija salieron de servicio, junto a 314 de telefonía fija alternativa y nueve radio bases para la telefonía móvil; siete postes en distintas zonas fueron derribados completamente.

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Para paliar la situación, se ha logrado la vitalidad de los cinco grupos electrógenos con que cuenta el sistema de las telecomunicaciones en el territorio, los que también permiten la renovación energética de cientos de equipos recargables de uso de la población.

El servicio de agua potable es otra gran preocupante, con 22 estaciones y subestaciones de bombeo sin electricidad, lo que afecta a más de 30 mil consumidores.

CRECIDAS HISTÓRICAS Y UN NUEVO RÉCORD

Todas las fuentes hidrográficas del territorio registraron crecidas significativas, en muchos casos sin precedentes. La presa Paso Malo, con una capacidad de diseño de 95.6 millones de metros cúbicos, llegó a verter esta vez más de mil 393 metros cúbicos por segundo.

Si bien no superó el récord histórico absoluto de mil 851 registrado en el año 1973, en aquel entonces su capacidad total era de apenas 86 millones, por lo que se infiere que en esta ocasión alcanzó su registro máximo de vertimiento, lo que demuestra la intensidad y persistencia de las lluvias de Melissa.

LA RECUPERACIÓN: UN CAMINO LARGO POR DELANTE

Tras las evaluaciones, se han acometido labores de limpieza e higienización de centros laborales y comunidades. Las fuerzas internas se han volcado a tareas urgentes: la recolección del café que logró resistir y, en otros sectores agrícolas, al acordonamiento de desechos y al rescate de todo el producto posible.

Pese a la magnitud de la devastación, una luz de esperanza se mantiene encendida: en Bartolomé Masó no se lamentan pérdidas de vidas humanas.

Este hecho, calificado como milagroso por muchos teniendo en cuenta la magnitud del evento, es resultado del buen comportamiento y disciplina de la población masoense, y de la pericia y las medidas preventivas adoptadas a tiempo por las autoridades locales de la Defensa Civil.

Ahora, la tarea titánica de reconstruir lo perdido comienza, con la unidad y la resiliencia como principales herramientas.

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