
La agroindustria azucarera granmense cuenta con experiencia de larga data, lo que constituye una fortaleza para el salto tecnológico y organizacional que necesita este sector, cuando la vida ha cambiado en medio de una compleja coyuntura económica.
Buscar la recuperación no es, ni será tarea fácil para directivos, técnicos industriales, productores cañeros y trabajadores comprometidos, con sentido de pertenencia y confianza en que la agroindustria puede avanzar, no obstante las carencias de los recursos materiales.
José Antonio Verdecia Ramírez, jubilado muy vinculado a la rama, abordó la trascendencia que tiene el cultivo de la gramínea que contribuye al alimento tanto para las personas como a los animales, en este último fundamentalmente a la ganadería vacuna, porcina y avícola.
Verdecia Ramírez considero el impacto y repercusión en lo económico, de esta actividad, sobre todo en el Producto Interno Bruto al que aportan municipios y la provincia.
Evocó la integralidad de los planes de desarrollo agropecuario para Granma, proyectados por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en la década de 1980, los que fueron materializados, incluidos las producciones cañera y no cañera.
Enfatizó que para hacer una siembra adecuada, resulta decisiva la preparación del suelo, lo que propicia, entre otras, lograr los mejores rendimientos agrícolas posibles por hectárea, y a su vez que haya una economía solvente.
Alertó sobre la trascendencia que tiene el organizar el ciclo de cosecha, comenzar a moler las cañas de mayor edad, después las plantadas en las etapas de frío y primavera y al final los retoños con el propósito de obtener más eficiencia industrial, productividad y salarios bien remunerados.
De sus amplios conocimientos profesionales y los adquiridos en la práctica señaló que los problemas que presenta el proceso productivo en plena zafra se resuelven a partir del cumplimiento de la tarea por los involucrados, ya sea en las actividades de cosecha e industrial y una conducción certera en cada lugar.
Subrayó que es imprescindible el intercambio y la motivación de los colectivos en aras de hacer las cosas mejor, alcanzar los indicadores económicos- productivos y potenciar el desarrollo del programa cañero-azucarera en el territorio.