Aunque le parezca raro el asunto ,el 20 de mayo se celebra el Día mundial de las abejas para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y el beneficio para toda la tierra.
Las abejas son los animales más laboriosos de la tierra y con su trabajo benefician a las personas, al medio ambiente y a la naturaleza. Al trasportar el polen de una flor a otra consiguen que haya una variedad de frutas, verduras y semillas contribuyendo así a la seguridad alimentaria y a la nutrición.
Fue en octubre de 2017 cuando la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 20 de mayo como Día mundial de las abejas, coincidiendo con la fecha del nacimiento de Anton Janša, quien en el siglo XVIII fue pionero en las técnicas modernas de apicultura en su país natal, Eslovenia y reconoció a estos insectos por su habilidad para trabajar duramente y requiriendo a la vez muy poca atención.
Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los colibrís, los murciélagos, permiten la reproducción de muchas plantas, incluidos los cultivos para alimentación. Son indispensables para la conservación de la biodiversidad, nos avisan de los riesgos ambientales, indicando la salud de los ecosistemas locales.
Son varios los factores que amenazan a las poblaciones de abejas en el mundo y no todos ellos se conocen. Entre los conocidos, los pesticidas, los insectos invasores y los cambios en el uso de la tierra.
La juventud juega un papel decisivo en la lucha contra los problemas a los que se enfrentan las abejas y otros polinizadores. Por ese motivo, el Día Mundial de las Abejas de 2024 se centra en el tema “Compromiso con las abejas, de la mano con la juventud”, que destaca la importancia de implicar a los jóvenes en la apicultura y los esfuerzos de conservación de los polinizadores, ya que ellos son los guardianes del futuro nuestro medio ambiente.
La campaña de este año tiene la finalidad de concienciar a los jóvenes y a otras partes interesadas sobre el papel esencial de las abejas y otros polinizadores en la agricultura, el equilibrio ecológico y la preservación de la biodiversidad.
Al involucrarlos en actividades apícolas, iniciativas educativas y esfuerzos de promoción, lograremos inspirar a una nueva generación de líderes medioambientales y capacitarlos para que puedan influir positivamente en el mundo.