A más de tres meses del inicio de la zafra y ante la complejidad  que  desde entonces la afecta, los trabajadores y directivos de la  Empresa azucarera Granma están decididos avanzar en el propósito de  producir el máximo  de crudo y refino en las actuales condiciones.

Para ello redoblan  los esfuerzos y dirigen la estrategia en busca de mayor disciplina laboral y tecnológica  que redunde en eficiencia en la cadena productiva que integra el corte, alza y tiro de la caña  con énfasis en la solución  ágil a problemas técnicos, falta de recursos  y de organización   en la cosecha.

Aunque  existen retrasos por roturas  o interrupciones operativas en los centrales, el tiempo perdido  de  mayor peso  corre a la cuenta de la cosecha, en la que  hoy se potencia  el corte manual en  las unidades de atención a los productores incluidos el  Grito de Yara y Arquímedes Colina, donde tradicionalmente no se hacía.

De esta manera la  participación de los movilizados  y de fuerzas  aportadas por las cooperativas  comienza a dar los primeros  resultados en  una actividad  determinante que es el  ponerle el volumen de  materia prima suficiente  para que muelan los  tres ingenios que hacen la zafra.

Elevar las molidas  y la producción de crudo y refino, aprovechando el contenido de sacarosa  de la caña en un período de alta madurez puede  en este mes y el próximo  contribuir al compromiso con el país,  de cara  a la dura prueba impuesta  por la pandemia del nuevo coronavirus, el recrudecido  bloqueo del gobierno estadounidense que dificulta la compra de materiales como insumos agrícolas, piezas y equipos  para las fábricas.

La provincia cumple, hasta la fecha, el plan  de azúcar al 61 por ciento, con el central Enidio Díaz, de Campechuela, a la vanguardia al 73 por ciento, seguido por el Arquímedes Colina, de Bayamo  al 56 por ciento  y el Roberto Ramírez, de Niquero, al 52 por ciento.