Distribución de alimentos: Al examen y la comunicación

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Por Sara Sariol Sosa | 11 marzo, 2023 |
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FOTO Luis Carlos Palacios Leyva

Hasta la sede del Gobierno provincial en Granma, llegó La Demajagua, en busca de información sobre la canasta familiar normada, cuyos últimos comportamientos ameritan un examen adecuado y, sobre todo, un sistema de comunicación que permita orientar a los consumidores y evitar criterios distorsionados por un real vacío informativo.

Luis Rafael Virelles Barreda, funcionario del organismo para la atención a la distribución, accedió a proporcionar elementos necesarios para entender las irregularidades de los últimos meses.

“Casi la totalidad de los productos de la canasta familiar son importados, excepto la sal y el azúcar, lo cual presupone una compleja contratación con los proveedores, armadores de buques, disponibilidad de dinero, entre otros factores”, precisó.

“A ello se suma que no todos los productos se adquieren en el mismo país, y hay que hacer magia para sortear las medidas del bloqueo, mientras este último obliga a ir a comprar a países más distantes, lo que encarece el costo de las mercancías.

“A veces el barco trae una cantidad de arroz que asegura solo una parte de la canasta del mes, y es necesario esperar otro envío para completar la cuota, como ocurrió, por ejemplo, con el arroz y el aceite correspondiente a este mes.

“Después que el recurso está en Cuba, agregó el funcionario, enfrentamos otros problemas de disponibilidad de transporte en trenes o por carreteras para llevar la carga desde las provincias donde están los puertos hasta la nuestra, y desde los almacenes de la Empresa Mayorista de Alimentos hasta las bodegas (muchas en las montañas y zonas intrincadas), operaciones impactadas también por la disponibilidad de combustible.

“Esos productos los adquiere el país en moneda libremente convertible y los vende en moneda nacional, asumiendo pérdidas y en algunos casos subsidiando los costos, de ahí que hay que volver a generar moneda dura para comprar”.

Al referirse particularmente a lo transcurrido del año, el funcionario explicó que, queda pendiente la compota de enero, que acaba de entrar al territorio, y de la canasta de marzo faltan por recibir 500 toneladas de arroz, 130 de sal, 220 de aceite, 33 de compotas y 85 de café.

“En estos mismos meses no se planifica pollo, pero se garantizará en marzo picadillo o embutido; enfrentaremos dificultades con el yogur de soya para niños de siete a 13 años, por la no entrada al país del frijol de soya y roturas en la industria y, en tanto se solucionen tales inconvenientes, se buscan alternativas para entregar cereales en polvo.

“El azúcar de marzo está en las bodegas, y la de abril se produce ya en los centrales que muelen en Granma. El huevo se ha venido cumpliendo cada mes, y se ha estabilizado la entrega de pan, aunque en este último es necesario aclarar que cuando Cuba importa la harina y se molina aquí, la calidad no es la mejor, aunque ello no justifica problemas subjetivos y organizativos que llevan a que en un establecimiento el pan sea mejor que en otros, y así sucede también en semanas y turnos de trabajo.

“No se puede obviar que los módulos chinos de las panaderías tienen más de 15 años de explotación y muchas estufas no funcionan bien”.

Más adelante, Virelles Barreda llamó a la reflexión en cuanto a que en estas difíciles circunstancias el Estado debe garantizar, además, la alimentación del consumo social, en sectores como Educación y Salud Pública, y otros priorizados.

“Todos los días se realiza en el país una videoconferencia, dirigida por los titulares del Comercio Interior y del Transporte, para puntualizar, provincia por provincia, lo que va faltando y desde dónde debe trasladarse”.

Como respuesta a criterios reiterados, el funcionario aclaró que, independientemente de los retrasos en las entregas, siempre serán completadas y si las insatisfacciones son mayores es por desinformación a la población, en cuya transformación pueden contribuir también los bodegueros.

“Ese es el lugar natural donde el pueblo debe ir a hallar respuesta a sus interrogantes (como se hace en las farmacias con respecto a los medicamentos), pero casi nunca la reciben, porque las entidades de Comercio deben encontrar el mecanismo para llevar la información oportuna y actualizada sobre estos asuntos, para que puedan transmitírsela a la población”.

 

 

 

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