
El 22 de diciembre de 1910 nace en la provincia de Matanzas la narradora, dramaturga, poeta y periodista cubana Dora Alonso, considerada una de las más importantes escritoras para niños.
Desde la etapa de su niñez demostró sus aptitudes hacia las letras, evidenciado cuando con apenas 9 años gana el primer premio del concurso literario provincial “Estela Brochs de la Torriente”.
Siendo una adolescente publica en las páginas de “El Mundo”, un importante diario cubano de la época, su primer poema, con el título de “Amor”.
Trabaja como corresponsal del diario Prensa Libre, de Cárdenas. Ingresa, en la organización antiimperialista “Joven Cuba” dirigida por Antonio Guiteras.
Durante los días 15 al 19 de abril de 1961 se mantuvo reportando como
corresponsal de guerra de Bohemia, en los hechos vinculados a la
Invasión de Girón.
Incursionó en la radio escribiendo sus primeros guiones de novelas radiales:
Mensajeras y La sombra lúcida, este último, germen de Entre monte y cielo de
temática campesina, con la cual obtuvo gran éxito.
Asimismo escribe sus primeros cuentos infantiles que le publica
la revista Bohemia. Y en 1940, escribe su primer poemario, con el título de “Coral”, aunque este permaneció inédito hasta 1983.
Posteriormente produce su primera obra de teatro para adultos: “La hora de estar ciegos”, donde aborda críticamente los conflictos raciales en Cuba.
Ya en 1956 con Pelusín y los pájaros inicia su producción teatral para niños.
Escribe piezas teatrales infantiles como Tintín Pirulero, Bombón y Cascabel, Mandamás y El sueño de Pelusín (estrenadas por el Guiñol Nacional de Cuba) y también Cómo el trompo aprendió a bailar, Espantajo y los pájaros, Quico Kirico y El adivino Cachucho, entre otras muchas.
Le es otorgada asimismo la categoría de Miembro Emérito de la UNEAC y
el Premio Nacional de Literatura por el conjunto de su obra. Merecedora de la Distinción 23 de agosto de la Federación de Mujeres Cubanas, la Orden Nacional Ana Betancourt así como la Distinción por la Educación Cubana.
Recibe el Premio La Rosa Blanca, de la UNEAC y merecedora del máximo galardón en el II Concurso Literario Hispanoamericano de la Casa de las Américas.
Muere el 21 de marzo de 2001, a la edad de 90 años.
Sus cenizas fueron sembradas cual semillas que germinan en su querido Valle de Viñales, en la occidental provincia de Pinar del Río.
Una vez expresó:
“Las mejores satisfacciones que me ha brindado la literatura han sido las provenientes del pueblo. No te voy a negar que los premios que he recibido a lo largo de mi vida de escritora y periodista me han llenado de alegría, el ser Premio Nacional de Literatura es un ejemplo”.
