Efectúan en Bartolomé Masó balance anual sobre implementación de la ley de seguridad y soberanía alimentaria y nutricional

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Por Orlando Naranjo Escalona | 24 marzo, 2025 |
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foto/Orlando Naranjo

En un contexto global donde la seguridad alimentaria y la nutrición se han convertido en temas centrales para el desarrollo sostenible, la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria, Seguridad Alimentaria y Nutricional representa un paso fundamental hacia la construcción de sistemas alimentarios más justos y resilientes.

Con tal certidumbre tuvo lugar en Bartolomé Masó el balance anual, 2024, sobre la implementación de tan importante legislativa cubana.

El plenario centró sus análisis en torno al panorama en que se desenvuelve el sistema agroalimentario local, signado por la escasez y limitaciones de recursos de todo tipo y que, a pesar de ello, avanza en el propósito de autoabastecer de nutrientes necesarios para el desarrollo a los más de 45 mil habitantes con que cuenta el territorio.

En el año se cumplieron 36 acciones, de las 47 planificadas lo que incidió en que ofertaran solamente como promedio mensual 34,1 libras percápita de productos agrícolas por consumidor, de las 30 planificadas y 2.1 kg percápita de proteína animal, de los 5 kg previstos.

Análisis de Salud Pública reflejados en el informe presentado revelan que la respuesta ofrecida a las diferentes variables dietéticas no es satisfactoria, teniendo en cuenta que la canasta básica normada solo aporta 624.4 Kcal diaria y que los aportes del autoabastecimiento local son de 626 Kcal por jornada, al no producirse de forma diversificada y sostenida los vegetales y proteínas de origen animal necesarias, con un déficit de 1050 Kcal diaria de energía por consumidor.

Resultado que se considera deficiente, teniendo en cuenta que se recomiendan 2 mil 300 kcal, siendo deficiente la proteína, las grasas y los carbohidratos, así como las vitaminas y el hierro; deficiente es además el potasio, óptimo el fósforo y excesivo el calcio.

Ante tales desafíos el 2025 ha de verse con diferente perspectiva en aras de satisfacer la demanda básica nutricional, pues una cosa es comer y otra bien distinta es alimentarse.

Las proyecciones aprobadas en el encuentro indican no solo hacia el fortalecimiento de la producción local de alimentos, sino también hacia la promoción de prácticas sostenibles que preserven los recursos endógenos y fomenten el bienestar de las comunidades y sus habitantes, desafíos que requieren atención y un compromiso renovado por parte de todos los actores involucrados.

 

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