
La Asociación nacional de amistad Italia-Cuba (Anaic) tiene varias décadas de colaboración con los territorios de la isla. Liguria, ubicada en la zona noroccidental de la nación europea, famosa por su historia y sus costas, es la región que colabora con Granma mediante la brigada Gino Doné Paro.
El vínculo surgió en el año 1997, a través de la Anaic y el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap). Esto hizo que hombres como Roberto Casella y Franco Zunino se enamoraran de la historia granmense y la naturalidad de sus pobladores.
Roberto Casella, presidente del círculo Granma de Liguria, recuerda que la primera vez que estuvo en el país fue en 1986, con la brigada José Martí.
“El interés por colaborar con la Anaic surge desde un punto de vista político y la motivación por entender la Revolución cubana, incorporarme fue un acto espontáneo”.
Acercarse a esta parte del oriente cubano lo atrajo en la década de los años 90 del pasado siglo. Luego se conformó la brigada de ayuda Gino Doné Paro, nombrada como homenaje al italiano que se sumó al grupo de expedicionarios del yate Granma.
“Retomamos el grupo luego de la pandemia de la Covid-19 para continuar con la realización de los trabajos voluntarios, actualmente contamos con siete miembros”.
El proyecto principal de la brigada, en esta ocasión, fue pintar el cuerpo de guardia del Hospital Infantil de la ciudad de Bayamo, contribuir con el mejoramiento de la luminaria y realizar donaciones a esta y otras instituciones sanitarias.
Franco Zunino, secretario de la Asociación Recreativa Cultural Italiana, explica que llegó a la Anaic por Roberto y otros amigos, porque antes estaba afiliado con el grupo de Nicaragua.

“Estuve en ese país durante la Revolución sandinista, luego conocí a los compañeros del grupo cubano. La primera vez que llegué aquí fue en 1990, junto a una delegación de Liguria. Muchos queremos estar al lado de la Revolución cubana, porque es importante para nosotros los de izquierda, que creemos en un mundo mejor”.
El proyecto actual atiende las necesidades de algunos centros hospitalarios y tiene antecedentes que involucran a varios miembros de la brigada, cuyos objetivos responden a las políticas de una organización no gubernamental en el país europeo.
“Trajimos material de uso médico para donar al hospital de Bayamo; aportamos jeringuillas, guantes para uso quirúrgico y bisturís. De igual manera, queremos extendernos hasta Guisa, porque en la región de Turín, viven dos hermanas oriundas de esta localidad, y a través del Icap quisieron mandar sus donativos”.
No hablamos de personas con amplias posibilidades económicas, hombres como Franco se dedican a recaudar fondos mediante la organización de eventos que incluyen desde la venta de comida hasta la de libros: “Hacemos microproyectos o nos ampliamos, en dependencia de las posibilidades económicas.
“Anteriormente, enviamos ómnibus, carros fúnebres, ambulancias con sus accesorios, y materiales escolares, pero antes era más fácil, ahora estamos limitados por la situación que atraviesa Italia”.
Roberto y Franco fueron reconocidos, este martes, por la Asamblea municipal del Poder Popular de Bayamo como Huéspedes Ilustres.

“La primera vez que estuve aquí me sentí como en casa, por la hospitalidad que me brindaron, para nosotros los de izquierda, Bayamo es nuestra cuna”, comenta Roberto Casella.
Además, la solidaridad de los médicos cubanos en algunas de las regiones afectadas por la Covid- 19, en la nación italiana no se olvida.
Franco Zunino enfatiza este hecho como un aspecto “muy importante, no solo por lo sanitario, sino porque los periódicos de allá cuando mencionan a Cuba hablan de un país carente de democracia; sin embargo, este acontecimiento mostró el humanismo de los galenos de la Isla, en regiones con gobiernos de derecha”.
Al referirse a la Ciudad Monumento, expresó: “Me gusta por las personas, son diferentes, más agradables, una localidad interesante por su historia, aquí tengo muchos amigos, entre ellos la poeta Lucía Muñoz y su familia”.
Seducidos por un proyecto social como la Revolución cubana y los encantos de una urbe que acuna a la historia de la nación, Franco y Roberto hacen suya la expresión martiana por llevar de Bayamo, hasta orillas del Mediterráneo, el alma intrépida y natural.
