Cuatro derrotas y el descenso al puesto 14, luego de los tres topes iniciales de la 62 Serie nacional de béisbol, fue el saldo que dejó para los Alazanes de Granma la visita al estadio Capitán San Luis, de Pinar del Río.

Ese resultado, más que inesperado, lanzó las alarmas porque en la edición anterior nunca sufrieron cinco reveses al hilo, como acaba de suceder, y con ello, empezaron a rondar las dudas sobre la clasificación a los play off y la posibilidad de defender la corona.

Aun así, lo visto en predios pinareños dejó la impresión de que el cuerpo de tiradores granmenses comienza a recuperarse, después de ser maltratado en las dos primeras subseries del campeonato, ante los conjuntos de Matanzas y Mayabeque.

De hecho, una apertura de calidad del zurdo Leandro Martínez permitió a los alumnos de Leonardo Soto librarse de la escoba vueltabajera en la despedida del duelo, cuando todo indicaba que andaban embriagados con el humo del tabaco.

Para nadie es un secreto que de la buena labor de sus lanzadores dependerá el avance a la postemporada de los Alazanes, porque su ofensiva no luce tan consistente como en campañas anteriores y, para colmo, parece debilitarse con nuevas contrataciones en ligas extranjeras.

Este viernes, la tropa granmense inicia el compromiso de cinco encuentros en el Cristóbal Labra, de Nueva Gerona, contra los Piratas de Isla de la Juventud, un elenco que se le ha hecho difícil en las últimas contiendas.

Al término del enfrentamiento con los pineros, los vigentes campeones de la pelota cubana cogerán rumbo a Camagüey, donde enfrentarán a los Toros, antes de regresar a casa para recibir a Holguín y a Villa Clara, en ese orden.