Enseñanza Especial en Cuba, garantía para los derechos de Andry

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Por Elizabeth Reyes Tasé | 1 febrero, 2021 |
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Andry Marrero Vidal (segundo a la izq.), único estudiante ciego en un grupo que integran, además, tres escolares con baja visión y cuatro aquejados por estrabismo y ambliopía, el 8 de enero junto a su maestra Yubalis Cordero Galindo, en la escuela para la enseñanza especial Ernesto Che Guevara, de la ciudad de Bayamo, provincia Granma, Cuba. 1 de febrero de 2021. ACN FOTO/Armando Ernesto CONTRERAS TAMAYO/sdl

Con uniformes de colores rojo, blanco y azul, y nasobucos para protegerse de la pandemia de la COVID-19, es difícil advertir grandes diferencias entre Andry Marrero Vidal y sus siete compañeros de segundo grado en la escuela especial Ernesto Che Guevara, de la ciudad de Bayamo, en la oriental provincia de Granma.


Camina seguro por el aula acompañado de un bastón, pero en ocasiones lo suelta o esgrime como espada, mientras salta y sonríe dando rienda suelta a la alegría e inocencia propias de la infancia, al amparo de un sistema educativo que en Cuba prioriza el aprendizaje, desarrollo y la inclusión social de personas con discapacidad visual.

Vecino de la comunidad rural El Doce de Las Mil Nueve, perteneciente al municipio de Río Cauto, es el único ciego en un grupo que integran, además, tres escolares con baja visión y cuatro aquejados por estrabismo y ambliopía, según precisó su maestra Yubalis Cordero Galindo.

Resulta todo un reto -dijo- pues cada especialidad demanda trabajo y atenciones muy diferentes, particularmente en el caso de Andry quien, junto a la lectura, escritura y otros contenidos del grado, debe progresar en su dominio del sistema Braille.

Andry Marrero Vidal, único estudiante ciego en un grupo que integran, además, tres escolares con baja visión y cuatro aquejados por estrabismo y ambliopía, el pasado 28 de enero junto a su maestra Yubalis Cordero Galindo, en la escuela para la enseñanza especial Ernesto Che Guevara, de la ciudad de Bayamo, provincia Granma, Cuba. 1 de febrero de 2021. ACN FOTO/Armando Ernesto CONTRERAS TAMAYO/sdl

Es extremadamente difícil, pero me ayuda mucho Berenice, nuestra auxiliar pedagógica con 45 años de experiencia. Entre ambas intentamos transmitir los conocimientos de la manera más real posible, para que él pueda tocar, describir y apreciar todos los saberes y estímulos de la clase, subrayó.

Explicó que para ello se auxilian de medios de enseñanza confeccionados en la misma escuela, a partir de papier maché y otros materiales, como alternativa frente a las limitaciones impuestas por el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la Isla.

Esa política unilateral y genocida afecta la entrada a Cuba de equipos e insumos específicos, entre ellos máquinas para escribir en Braille, regletas y punzones empleados en la escritura a relieve, denunció la pedagoga con 16 años de labor en el centro.

Llegué aquí siendo estudiante de Licenciatura en Educación Especial, me gradué en 2004, y desde entonces he trabajado con alumnos de todas las patologías, expresó Cordero Galindo.

Por ello sabe igualmente de atriles, tiposcopios, oclusiones y accionar junto a especialistas de la Salud Pública, todo en función del trabajo de corrección y compensación que necesitan sus educandos con baja visión, estrabismo y ambliopía.

Responsable hace más de tres décadas de la rehabilitación visual de los niños de la “Che Guevara”, la Licenciada en Optometría y Óptica Ivon Gudiña Figueredo señaló que los tratamientos se realizan diariamente, con una duración de 15 a 20 minutos.

Hablamos de pequeños entre los cinco y ocho años de edad- una etapa difícil- por lo que demandan mucho tiempo, paciencia y supervisión adicional, pues la mayoría de los aparatos van conectados a la electricidad y ellos no los deben tocar.

También forman parte de su cotidianidad la búsqueda de alternativas para sortear los daños del bloqueo norteamericano, así como los cuidados y el amor que permitan mantener funcionando equipos muy viejos, aspecto este último donde es determinante el aporte de los electromédicos, resaltó.

Rafael Aguilar Tamayo, director de la escuela, informó que ofrecen atención integral a 105 estudiantes, entre sordos, hipoacúsicos, autistas, sordo-ciegos y otros aquejados por baja visión, estrabismo y ambliopía.

Un colectivo de 131 trabajadores, de ellos 92 docentes, aseguran el éxito de cada actividad en un centro de impacto territorial, que dispone de una guagua para el traslado de los alumnos de Bayamo, mientras 21 pequeños de otros municipios, como Andry, se benefician del régimen interno, agregó. (ACN)

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