Erislandy Álvarez es ahora la mayor joya del boxeo cubano. Con su estilo fogoso sobre el ring, es una máquina de golpear y ganar. En París-2024 ya dio la clarinada, y en este mes de septiembre, en el Campeonato Mundial, en Liverpool, buscará reafirmarse en la elite.

El cienfueguero tiene una deuda con los campeonatos del orbe. En su primera participación, en Taskent 2023, ganó la medalla de plata. Desde entonces, se ha mostrado intratable tanto en el amateurismo, como en el profesionalismo; en este último, invicto en sus seis salidas.

Por estos días entrena en la Escuela Nacional de Boxeo. Durante cuatro horas pone todo su empeño, en aras de seguir haciendo crecer su leyenda.

–¿Cuánto has cambiado desde París-2024?

–Mi nivel ha subido. Los rivales que enfrenté en la pasada Olimpiada fueron difíciles, y eso me ayudó a crecer.

–Desde que obtuviste la medalla de plata en Taskent 2023 te has vuelto invencible. ¿Qué ajustes hiciste para alcanzar esa forma?

–He podido pelear con más frecuencia, y al hacerlo, he ido adquiriendo experiencia. Ahora en Liverpool quiero ganar el título mundial. Es lo que deseo y merece el pueblo de Cuba.

–¿Tienes esa deuda pendiente?

–Ya tuve mi primer gran logro en la Olimpiada. Ahora quiero ganar la medalla de oro a nivel Mundial, Panamericano y Centroamericano, para redondear mi palmarés.

–¿Cuánto te ha ayudado la inserción en el profesionalismo?

–Mucho, porque a mayor nivel, debo exigirme más.

–Tienes un carácter fogoso sobre el ring. ¿Cómo manejas las emociones y el ego?

–Es bueno para el espectáculo. Todo el mundo quiere ver rivalidad desde el inicio.

–¿No sientes que has llegado al tope de tu carrera?

–Todavía me queda mucho por hacer. Hasta que no tenga todas las medallas que me faltan, no puedo sentirme satisfecho.