Félix Varela y Morales: ejemplo de enseñanza

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 25 febrero, 2024 |
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Félix Varela y Morales nació el 20 de noviembre 1787 en La Habana. Su padre, el español, Francisco Varela y Pérez, Capitán del Regimiento Fijo de La Habana; su madre, Doña María Josefa Morales y Medina, santiaguera, ama de casa.

A los seis años se trasladó con su familia a La Florida. Allí cursó la primera enseñanza.

En 1801 regresó a La Habana, ingresó en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio.  En 1806 obtuvo el título de Bachiller en Teología y tomó los hábitos.

Ese mismo año se graduó de Licenciado en Teología, y en 1811 hizo oposición a la cátedra de Latinidad y Retórica y a la de Filosofía en el Seminario de San Carlos.

También en 1811 se ordenó de sacerdote.  A partir de entonces y hasta 1816 desplegó una intensa labor como orador sagrado.

La personalidad de Félix Varela y Morales, también conocido como el Padre Varela, llena de gloria la primera mitad del siglo XIX en Cuba basada en su desempeño cultural, social y político.

Su amplio pensamiento político nos enseña la verdadera sabiduría de quién fue este hombre del que José de la Luz y Caballero expresó…”fue el primero que nos enseñó a pensar.”

Entre sus alumnos estuvieron: José de la Luz y Caballero, Rafael María de Mendive, José Antonio Saco, Domingo del Monte, Felipe Poey, José María Heredia, el primer poeta revolucionario de Nuestra América, y otros.

Varela da una categoría fundamental a los métodos de aprendizaje y utiliza sistemas creadores para su época, queriendo que sus alumnos aprendan con la cabeza y no repitiendo de memoria lo que se les enseñaba.

Con respecto a esto manifestaba… “Aprender de memoria es el mayor de los absurdos, pues si falla la memoria falla todo lo estudiado, por ello la constancia en el estudio consolida los conocimientos.”

Combatió la esclavitud, defendió la independencia de América y desde su periódico El Habanero divulga la idea de que Cuba debía ser libre e independiente de cualquier potencia.

De su pensamiento brotaba el amor a la Patria, a la humanidad, y a la independencia.

La pasión de Varela por enseñar, le abrió el camino de la educación para todos cuando dijo:

“La necesidad de instruir a un pueblo es como la de darle de comer, que no admite demora…” “Quién puede negar que es más ilustrado un pueblo en que todos saben leer y escribir”.

Fundó la primera Sociedad Filarmónica de La Habana, e ingresó y trabajó en la Sociedad Económica de Amigos del País.

Considerado el primer cubano intelectual que puso su talento y su pluma al servicio de la independencia de su país y que los cubanos consideramos un ejemplo de enseñanza murió el 25 de febrero de 1853, hace 171 años.

Sus restos descansan hoy en el Aula Magna de la Universidad de La Habana.

 

 

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