
Este 25 de noviembre de 2016 ya pasó a la historia, aunque engrosaba esas páginas, porque en igual fecha de 1956 Fidel y los expedicionarios del yate Granma salieron desde México para Cuba.
A las 10 y 29 de la noche de este día de 2016 dejó de existir el Gran David de América, aunque vivirá para siempre en nuestros corazones y perdurará en su inmensa obra, que se engrandece en la Salud Pública.
Han pasado los años desde el 11 de enero de 1981, con esa tremenda fuerza que el tiempo trae consigo; todo ha cambiado mucho, para bien; el desarrollo científico impuso su ritmo en la suroriental provincia cubana de Granma, pero hay hechos que, por su trascendencia, permanecen intactos en la memoria colectiva.
Quizás por eso, la enfermera Madelín García Ramos, de Oncología, y Carmen Troyano, trabajadora de Recursos Humanos, reviven hoy con orgullo aquella visita inolvidable, el intercambio con ese hombre imponente que llegó para inaugurar el Hospital provincial Celia Sánchez Manduley, de Manzanillo.
Aquel fue un día diferente, en el que la agudeza del Máximo Líder de la Revolución lo llevó a indagar sobre cada detalle en una de las salas de Terapia Intensiva, en el área de Urología y en los salones de Cirugía, antes de pronunciar el discurso inaugural.
Para el colectivo de ese centro asistencial, cuna de la formación y preparación de los nuevos médicos, enfermeras y tecnólogos de la región del Guacanayabo, el más elocuente recuerdo de Fidel ha sido la entrega cotidiana a una hermosa labor de bienestar y salud de alto nivel profesional y humano.
Tal consagración y esfuerzo posibilitó incrementar, de 11 a 26 las especialidades médicas, introducir las técnicas quirúrgicas de mínimo acceso en Cirugía General y Urología, y la puesta en marcha de un tomógrafo, un fluoroscopio y un mamógrafo.
Igualmente lo homenajean con el funcionamiento de un Centro oftalmológico, con la introducción de las últimas tecnologías, de un Excimer Láser para tratamiento oftalmológico y la realización de estudios hormonales por técnicas de medicina nuclear.
Son muchos los logros de la última treintena de años, que incluyen novedoso equipamiento para la realización de biopsias por aspiración, modernización del servicio de Nefrología con la puesta en marcha de 20 riñones artificiales, e introducción de tratamiento con ozonoterapia y células madre.
En cada conquista del sector de la Salud está presente el pensamiento y la acción de esa figura emblemática de la Revolución cubana, que es, y lo será siempre Fidel.
Su presencia es también recordada en la Universidad de las Ciencias Médicas de Granma, situada en Manzanillo, el 18 de diciembre de 1986, donde dialogó con el doctor Efraín Benítez Popa y con los estudiantes, sobre sus condiciones de vida y estudio.
En ascenso puede catalogarse el desempeño de la alta casa de estudios, donde se consolida la profesionalización del claustro, con más de tres mil profesores, de ellos 14 son doctores en Ciencias, mil 113 másteres en Ciencias y 339 especialistas de Segundo Grado.
Allí se forman en 46 especialidades, ejecutan 11 ensayos clínicos en escenarios provinciales, consolidan la gestión del fórum de ciencia y técnica, y crece la participación en eventos nacionales e internacionales.
Está cada vez más afianzado el liderazgo de la Universidad en el trabajo, en función de contribuir a la solución de problemas de salud de la población granmense, relacionados con enfermedades crónicas transmisibles, no transmisibles, y emergentes.
El propio 18 de diciembre de 1986 el Líder de la Revolución visitó las obras de ampliación del Hospital provincial Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, en específico la parte de la Maternidad, institución que hoy disminuye significativamente la mortalidad infantil y la materna, ha elevado el nivel científico del claustro de profesores y cuenta con equipos de ultrasonido de alta resolutividad, lo cual influye en el diagnóstico prenatal.
En cada detalle, logro o misión de la Salud en Granma, están el apoyo y los sueños de nuestro querido Fidel.