
Cuando restan algunas jornadas para que concluya el período crítico de los incendios forestales y no forestales el llamado es a evitar los daños y proteger el patrimonio en la provincia de Granma.
En la etapa, extendida en el tiempo, por los riesgos que se avecinan en la temporada ciclónica, el Grupo de trabajo del Gobierno provincial responsabilizado con la atención a esta actividad, ha orientado estar atentos al cuidado de los espacios vulnerables.
Aunque reconoce una disminución notable de los siniestros, con avances en la ejecución y calidad en la construcción de las trochas corta fuego, la capacitación de los integrantes de las brigadas de enfrentamiento y la población, junto a las acciones educativas y una sistemática divulgación por los medios de comunicación masiva.
Sin embargo, existe insatisfacción en lo referido a los hechos ocurridos en los cañaverales, con reportes de perjuicios de consideración al desarrollo de la zafra azucarera, lo cual exige de un accionar efectivo en la vigilancia y análisis permanente de las causas para su erradicación.
Estos incendios rondan el centenar, en lo que va de 2025, algunas de estas áreas con buenos rendimientos agrícolas y materia prima dejada de cosechar.
Son las empresas agroindustriales Enidio Díaz, de Campechuela, Roberto Ramírez, de Niquero y Grito de Yara, de Río Cauto, las que sobrepasan en más de una veintena los siniestros, cada una, y presentan las mayores hectáreas perjudicadas.
La quema de sus campos preocupa y expertos del sector cañero azucarero, señalaron el deterioro que sufre el medio ambiente, en particular el terreno, el que exige de un mayor esfuerzos y recursos para su rehabilitación.
Otros daños significativos al cultivo, incluye la compactación del suelo, alteraciones en la estructura física y química de la tierra y la destrucción de microorganismos benéficos para la caña de azúcar.
Según el ingeniero Juan Manuel Guerra Rodríguez, especialista del ramo, el fuego es algo muy dañino y sigue siendo un problema serio.
Explicó que de la caña total quemada solo ha ido a la industria el 31 por ciento en esta zafra y de manera tardía, haciendo difícil la realización del proceso agroindustrial.
Guerra Rodríguez dijo que también incide negativamente con la pérdida de la cepa de la gramínea y advirtió sobre las desfavorables consecuencias de estos incendios para la producción del necesario edulcorante.
Lo cierto es que a la luz de los acontecimientos han estado presentes fisuras, en la adopción de medidas para asegurar el mantenimiento a guardarrayas, adelantarse al negligente y mal intencionado actuar humano, sin descartar la mano enemiga.