
Si en Manzanillo hay un sector del que es complejo emitir criterios es la Gastronomía: los argumentos caminan por una cuerda floja porque, dicho en buen cubano, no en todas las instalaciones de esa entidad la gente “hala” parejo.
Unidades deslucidas, deficiente calidad de las materias primas, incumplimiento de proveedores y algunas “caritas” inadecuadas a la hora del servir son cuatro aspectos que lastran una labor que pretenden de excelencia.
Cafeterías populares, restaurantes y pequeños puntos de venta abundan en el panorama gastronómico manzanillero, donde labora el 98 por ciento de los trabajadores de la empresa.
Ariel Naranjo Guerrero, director general, dice que es muy difícil que en todos los lugares se trabaje con el mismo ímpetu y responsabilidad, pero se exige a diario por ello.

“El administrador es el eslabón principal de la cadena de prestación de servicios al pueblo, tiene que sentir por su instalación. Se avanza, pero queda mucho por lograr: la limpieza, organización, disciplina son de su máxima responsabilidad. Dirigimos cursos de formación hacia ello.
Breve panorama

El Costa Azul es uno de los centros recreativos preferidos por el pueblo y los visitantes a la ciudad, pero en el presente está muy lejos de los años de esplendor.
Manuel Vázquez Ricardo, el administrador, asegura que la imagen comenzará a cambiar a partir del mes de agosto, cuando serán visibles las primeras transformaciones que abarcarán todas las áreas de la instalación.
Los kioscos de la Playita manzanillera dan mucho para hablar, y no muy bien: la deteriorada imagen ni siquiera invita a acercase a comprobar las ofertas en tablilla.
El mal servicio gastronómico en la ciudad del Golfo se refleja también en la popular pizzería Nápoles, una opción barata para la mayoría de los bolsillos.
En las afueras de la instalación usted puede hacer una cola que sobrepase la hora y dentro incomoda otro tanto esperar le sirvan el pedido.
Dificultades con la materia prima, que limitan la calidad de los alimentos, las permanentes roturas de los viejos hornos y los inservibles equipos acondicionadores de aire en el salón, donde reina el calor, son tres de las cuestiones que más refieren los asiduos clientes a la pizzería Nápoles.

La otra cara de la moneda son los colectivos de los restaurantes 1800, el Yant Zent, El Save, y el de comida italiana Palermo: todos unen excelentes desempeños a atractivas ambientaciones, confort y calidad de los alimentos.
Kenia Escalante Pérez, subadministradora de la última instalación mencionada, considera que eso lleva esfuerzo y dedicación conjunta: “Hay que estar al tanto del más mínimo detalle, incluso de las situaciones familiares de los trabajadores.
“Exigimos porque todo se haga bien y en tiempo para satisfacer al cliente. Organizamos, coordinamos y demandamos mejor servicio; por mucho tiempo los reclamos se dirigieron a la reparación de los equipos acondicionadores de aire y ya están, lo que contribuye al confort del restaurante.”
Comentan que…
El joven Maikel Fernández Pérez quiso regalarle a su niña una cena la noche del pasado miércoles en El Palermo, pero dice: “Fallé en la elección. A las siete de la noche ya no había casi nada, solo bistec en cazuela, nada de pollo frito, carne de res o de cerdo.
“Tuvimos que conformarnos con espaguetis. A Las Américas no hay quién vaya: mis amigos me comentan que ahí cocinan muy mal. En varias unidades el estilo es “recalentar” lo del almuerzo para la comida.
Rubén Quesada Escalona fue a refrescar el intenso calor de estos días con un batido en la cafetería El ciclo, ubicada en pleno corazón de la ciudad del Golfo.
“La sorpresa llegó cuando la dependienta nos dijo que teníamos que esperar porque terminaran los otros clientes, porque no tenían vasos. Es peno y lamentable que alguien hable de esa manera.”
Por su parte, Gilberto Oduardo Mejías comenta que en el sector gastronómico manzanillero queda mucho por hacer: “Visitas una cafetería o restaurante y a veces te miran mal, demoran en solicitarte el pedido, te traen la cuenta sin que tu hayas dado la orden. Anda mal la “cosa” hasta con palabras inadecuadas.
Hace unos días cerró la unidad Las Variedades, muy cerca del parque Paquito Rosales, conocido popularmente como el Bertor. Esa es una instalación del sistema de atención a la familia y Luis Montero Flores, que antes del cierre su esposa fue por unas hamburguesas con pan.
“En casa nos percatamos al abrir el pan que el embutido estaba cortado a la mitad, pero cobraron como si estuviese completo el bocadito. No te puedes quejar porque nunca tienes la razón. Los dirigentes tienen que exigir más”, concluye.
Desafíos
Ariel Naranjo Guerrero, director general de Gastronomía Manzanillo manifiesta: “El administrador tiene que sentir por su instalación, es el máximo responsable de todo, sino no funciona.
“Hoy no tenemos dificultades con las vajillas. Ahora nos concentramos en las labores de reparación y mantenimiento de casi una veintena de obras como saludo a los 150 años de La Demajagua, entre ellas un restaurante en el hospital Celia Sánchez.

“Ya terminamos el Café Serrano y es una muestra de lo que pretendemos con cada reparación o mantenimiento.
“Laboramos para concluir unidades de lujo, que el pueblo las disfrute y cuide junto a nuestros trabajadores, cuyas pretensiones económicas al concluir el actual año son alcanzar los 131 millones de pesos”, concluyó Naranjo Guerrero.

Es muy lamentable que los servicios gastronómicos que se brindan en la mayoría de las unidades del municipio manzanillo sean tan deficientes, por no decir en todas. El pasado 15 de veril, día en el que cumplí años de edad, me dirigí junto a mi novio y mi madre al restaurant El Palermo. La joven que estaba en la puerta sin brindar un buenas tardes, nos recibió diciéndonos que no había ni pizzas, ni spaguettis, para que no nos fuéramos a embarcar, que solo había pollo asado y en salsa. A pesar de aquello decidimos mantenernos para hacer uso del servicio. Al rato mi novio le pregunta sobre las cervezas y le responde que solo había de $10.00 y se estaban agotando. Pasada alrededor de una hora nos correspondió entrar y al leer la carta cual fue la sorpresa: habían en ofertas varias especialidades de cerdo, de camarones más las ya conocidas del pollo; y tenían la cerveza mayabe. Entonces cuando mi novio se dirige a la joven de la puerta, esta en muy mala forma lo evade.
Entonces de qué buen servicio hablamos, nos da a entender que no querían trabajar, que no tienen interés en brindar un servicio con calidad, con respeto como nos merecemos los manzanilleros. Entonces:
– Las pocas personas que aún utilizamos el servicio estatal debemos recurrir al particular??
– El mal trato y la desmotivación por el trabajo persisten porque de esto no depende la evalación ni la remuneración a los trabajadores??
Periodista, buenos días, cuidado al escribir, puede opacar un buen y necesario artículo con una falta de ortografía.
ese ¨ala¨ se escribe con h
Es lastimoso que un servicio tan necesario como es lña gastronomía siempre tenga malos sabores en la ciudad, además de todo lo señalado la cultura gastronómica es muy deficiente, pero lo que me extraña es que el Director General tenga identificado que el problema es de la incapacidad del administrador y un problema tan sencillo no esté resuelto, un ejército puede tener un buen Jefe pero si los jefes de las estructuras de base no funcionan el ejército es inoperante por su jefatura.