General Mariano Lora Torres, una extraordinaria y hermosa obra

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Por Aldo Daniel Naranjo (Historiador) | 5 febrero, 2025 |
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Mariano Lora, luchador por la independencia de Cuba. El 5 de febrero de 1930, hace 95 años, falleció el gran patriota cubano Mariano Lora Torres, en ciudad de La Habana, víctima de un infarto cardiaco, a los 67 años de edad. La fama de combatiente consagrado a la lucha por la independencia, su talento táctico operativo y férrea voluntad de vencedor le acompañaron durante toda su vida.

En la epopeya de 1895 alcanzó el grado de general de división del Ejército Libertador, en justo reconocimiento a su valor, disciplina y lealtad a la causa emancipadora. El municipio de Jiguaní ha visto siempre en él a uno de sus hijos más beneméritos.

Había casado con la jiguanisera Juana Romero Vega, quien falleció en 1912, con la que procreó seis hijos: Mariano (1888), Silvano (1890), Armando (1892), América (1895), Rosa (1901) y Cora (1902).

Hombre de rectos principios revolucionarios, no se involucró en la vida política de la seudorrepública y fue un ferviente opositor a la Enmienda Platt y al gobernador militar yanqui Charles Magoon.

JIGUANISERO DE NACIMIENTO

Los estudios históricos han precisado que nació el 5 de octubre de 1863, en el poblado de Baire, el cual pertenecía a la jurisdicción de Jiguaní. No obstante, sin pruebas documentales algunas, algunas fuentes ubican su nacimiento en Puerto Padre, en la actual provincia de Las Tunas. Era hijo de Mariano Lora Fonseca, quien fuera juez del barrio de Baire,  y Josefa Torres Mora, los que además poseían dos pequeñas fincas en las cercanías de Baire.

La familia Lora-Torres aportó un sinnúmero de patriotas a la lucha por la independencia, entre ellos sus hermanos Saturnino y Alfredo, que alcanzaron los grados de general de división Lora y coronel, respectivamente.

Los adolescentes y jóvenes Lora-Torres vivieron el drama de la Guerra Grande, en la que colaboraron como mensajeros. Tan pronto concluyó la contienda bélica, los padres emigraron a Puerto Plata, en Santo Domingo. Algunos de los jóvenes, como Saturnio y Mariano, regresaron a Baire y Jiguaní y se establecieron en la finca Tejamaní.

LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA ABSOLUTA

En agosto de 1879 estalló, en Holguín, la denominada Guerra Chiquita, la que pronto se extendió por la comarca de Jiguaní. Entre sus organizadores estuvieron los dos hermanos Lora, los que se alzaron el 3 de octubre de ese año. Su principal táctica fue la movilidad, por carecer de armamentos y en espera del desembarco de los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo, quienes no pudieron arribar a Cuba.

Dada la sistemática persecución de los batallones españoles, los alzados en Jiguaní libraron algunas escaramuzas. El mando colonialista ofreció indulto a los que se presentaran, por lo que la mayoría de los patriotas de Oriente se acogieron al mismo, entre ellos los de Jiguaní.

Sin embargo, la derrota no desalentó a los hermanos Lora, caracterizados desde entonces como valientes y prestos a todos los sacrificios por la independencia de la patria.

Por eso, al llamado de la Guerra Necesaria, los generales Guillermo Moncada desde Santiago de Cuba y Bartolomé Masó desde Manzanillo, confirmaron en ellos para organizar el estallido libertario en Jiguaní y Baire. Los preparativos se aceleraron en junio de 1894, tomando parte Saturnino Lora en reuniones en Santiago de Cuba y Bayamo.

El 24 de febrero de 1885, Marino Lora estuvo presente en el levantamiento de Baire, junto a sus hermanos Saturnino y Alfredo. Estuvo entre los que al grito de Saturnino de salir a pelear contra la tiranía española, dieron vivas a Cuba libre.

El grupo de Baire, dirigido por Saturnino Lora, rechazó varias comisiones de paz formadas por los autonomistas de La Habana y Oriente. En todo momento su respuesta fue que la lucha sería por la independencia absoluta.

MERECIDOS ASCENSOS MILITARES

En la vorágine de la guerra, Mariano pronto sobresalió por su arrojo y disciplina. El 27 de febrero, tan pronto el coronel Jesús Rabí asumió el mando de todas las fuerzas del municipio de Jiguaní, lo ascendió al grado de capitán y lo integró como ayudante en su Estado Mayor. Días después, el 7 de marzo, libraron los combates del Ají y Los Negros, donde rechazaron al enemigo. Por su destacada participación en estas acciones  mereció la categoría de comandante y ser designado jefe de Estado mayor de la emergente Brigada de Jiguaní.

Después las fuerzas del brigadier Rabí pelearon en El Cacao, el 27 de junio. Al día siguiente, el mismo Rabí le impuso las insignias de teniente coronel. Desde el 10 de julio se unieron a las tropas del mayor general Antonio Maceo, quien llegó a Charco Redondo para contener al enemigo en el valle del Cauto. El 13 libraron la colosal batalla de Peralejo, donde los insurgentes derrotaron una fuerza élite colonialista al mando del capitán general Arsenio Martínez Campos. Maceo vio a Mariano pelear con ímpetu y cumplir correctamente las órdenes superiores, por lo que le ascendió al grado de coronel.

Las tropas de Jiguaní acompañaron a Maceo en la campaña de Oriente y libraron varios encuentros en Guantánamo, Baracoa y Holguín, entre ellos la batalla de Jobito, el 13 de agosto.

JUNTO AL GENERAL CALIXTO GARCÍA

El general Maceo no quiso dejar desguarnecida la provincia de Oriente a la hora de partir en la invasión hacia Occidente, en octubre de 1895. Junto a su hermano José Maceo, secundado sus planes, estuvieron el brigadier Jesús Rabí y el coronel Marino Lora. Las zonas de operaciones de ambos fueron las de Jiguaní, Bayamo y Holguín.

El arribo a Oriente del mayor general Calixto Garcia en una expedición significó una escalada en la guerra y sistemáticos reagrupamientos de las fuerzas para atacar los puntos estratégicos de los contrarios. El coronel Mariano Lora jugó un importante papel al frente del regimiento de infantería Peralta de la 1 Brigada de la 2 División de Holguín.

Los generales Calixto García y Jesús Rabí contemplaron su arrojo y tenacidad en las lides bélicas en Holguín, Bayamo, Barrancas, Las Tunas, Guáimaro, Cascorro y Guisa. El 17 de agosto de 1896 recibió una herida en el combate de la Alegría, cerca de Bayamo. El 29 de noviembre de 1897, vísperas de la batalla de Guisa, recibió las estrellas de general de brigada. Tras esta victoria fue nombrado jefe de la Brigada de Bayamo, región donde operó hasta abril de 1898. A partir de aquí fue designado segundo jefe de la División Bayamo-Jiguaní, al mando del general Saturnino Lora.

Un soldado de la patria tan entregado y digno, cerró la epopeya con las nuevas estrellas de general de división el 24 de agosto de 1898, a propuesta del general Calixto García.

Los años se suceden y con ellos las generaciones. Sabios los pueblos que guardan la memoria del heroísmo y las hazañas de los que lucharon por su independencia y libertad. El general Mariano Lora cumplió con su deber de patriota en las guerras de independencia, por lo que vive en los corazones de los continuadores de su extraordinaria y hermosa obra.

FUENTES: Juan Jerez Villareal: Oriente: biografía de una provincia (1960); Juan Expósito Casasús: Calixto García, el estratega (1962); Aníbal Escalante beatón: Calixto García. Su campaña en el 1895 (1978); y Centro de Estudios Militares de las FAR: Diccionario enciclopédico de historia militar de Cuba (2006).

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