Gertrudis Gómez de Avellaneda: la poetisa más grande de los tiempos modernos

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 23 marzo, 2025 |
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Nace en Puerto Príncipe, hoy Camagüey (Cuba), el 23 de marzo de 1814, Gertrudis Gómez de Avellaneda. Hija de don Manuel Gómez de Avellaneda, comandante de la Marina española, y de la cubana, doña Francisca de Arteaga y Betancourt, perteneciente a una ilustre y acaudalada familia isleña.

Tuvo educación metódica, como correspondía a quienes pertenecían a una clase social alta.

Entre sus aficiones predilectas estaba representar comedias, redactar cuentos, lectura de novelas, poesías y comedias.

Entre sus escritores favoritos estaban Lord Byron, Victor Hugo, Alphonse de Lamartine, François-René de Chateaubriand, Madame de Staël, entre otros.

En 1836 la familia decide establecerse en España, y acompañada por su hermano Manuel, se radica en Sevilla.

Conocida como Tula o con el seudónimo La Peregrina, fue una destacada poetisa y dramaturga camagüeyana, representante del movimiento romántico cubano y precursora de la novela antiesclavista defensora del papel social de la mujer.

En 1839 publica sus versos bajo el pseudónimo de La Peregrina en periódicos y revistas de Sevilla y, más tarde, en algunos de Cádiz.

En junio de 1840 estrena su primera obra dramática Leoncia, que es muy bien acogida por los espectadores sevillanos.

Destacada poetisa camagüeyana, que llenó de orgullo a Cuba, por su destacada obra literaria, donde resalta su amor hacia su tierra y sus sentimientos más románticos,

Fue fundadora, directora y redactora principal de la revista quincenal habanera Álbum Cubano de lo Bueno y lo Bello creada en defensa de las ideas de la mujer insular.

Fiel representante del movimiento romántico cubano, precursora de la novela antiesclavista su personalidad está enmarcada entre los poetas líricos más destacados de la primera generación de románticos cubanos.

Veintitrés años estuvo ausente de Cuba, a la que llama “dulce patria” y “tranquilo edén” de su infancia.

Gran número de composiciones hacen referencia a su Patria, ya sea para describir las bellezas de la Isla, para exaltar la belleza de la cubana o para expresar las emociones vividas por su regreso a la tierra amada.

Fue admirada y reconocida su obra por numerosas personalidades de la cultura y la política, llegando a ser considerada como una de las más grandes poetas de lengua castellana y algunas se refirieron a ella como «la poetisa más grande de los tiempos modernos».

Ganó un lugar en La Real Academia de la Lengua Española, que no pudo ocupar por su condición de mujer.

De regreso a tierra natal continua sus trabajos literarios. Dirige en 1860 la revista El Álbum Cubano y en este medio publica, además de sus leyendas La montaña maldita, La dama de Amboto y La flor del ángel, sus discutidos artículos sobre La mujer. El 27 de enero de 1860 recibe un homenaje en La Habana donde es coronada de laureles, rindiéndosele así tributo a una cubana singular.

Dejó al morir, en 1873, una profusa obra lírica que constituye uno de los monumentos más preciados de la cultura cubana, con indiscutible proyección universal.

De la Avellaneda dijo Domingo Figarola Caneda: «su voz era dulce y melodiosa, leía con mucho despejo, entonación y sentimiento, y estaba dotada de aquella mezcla de ternura y vehemencia de carácter propia de los espíritus nobles».

Bibliografia

Ecured

Portal Cubano

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