Realmente hubiera querido titular este trabajo La última barbaridad de Juan Guaidó, pues eso indicaría el fin de una larga lista de “metidas del delicado” y traiciones protagonizadas por el auto titulado “presidente encargado de Venezuela”, siempre con el oído pegado a lo que dicta el amo yanqui.
La nueva atrocidad sale a la luz con el inicio de una investigación contra el diputado opositor por negociar presuntamente el territorio Esequibo a cambio de apoyo político.
La indagación penal a petición del Nicolás Maduro, fue librada contra los ciudadanos Juan Guaidó, Vanessa Neumann y Manuel Avendaño, presuntamente involucrados en una negociación ilegal que pretende desistir del irrefutable reclamo de Venezuela sobre el territorio Esequibo, según anunció el fiscal general Tarek Wiliam Saab.
Ilustrativo resulta este viaje por la historia: en 1899 Venezuela fue despojada de 160.000 kilómetros cuadrados de su territorio cuando el Reino Unido (la Vieja Albión regaló lo ajeno) entregó a Guyana esa región en un controvertido decreto arbitral. Desde entonces comenzaron las tensiones que desde 1966 Venezuela y Guyana intentan resolver a través de la negociación de la secretaría general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sin haber alcanzado un acuerdo hasta el momento.
Pero, para delimitar la legitimidad de la posición de Venezuela es necesario retroceder aun más en el tiempo, Essequibo fue incluido por primera vez en el virreinato de Nueva Granada y la capitanía general de Venezuela en la temprana fecha de 1777 una posesión criolla de la muy grande y rica extensión ¿no?
El diferendo se caldeó con la independencia de Guyana en 1966 y existieron incluso enfrentamiento protagonizados por partidarios de pertenecer a la nación hispanohablante y por las tensiones alternativas está sujeto al tratado de Ginebra firmado por el Reino Unido, Guyana y Venezuela en 1966, en pos de una solución práctica, pacífica y satisfactoria para ambas partes.
El reclamo histórico de Venezuela sobre la Guayana Esequiba, como le llaman habitante del país andino, se ve inexplicablemente amenazado al salir a la luz pública testimonios que vinculan al diputado opositor Juan Guaidó con una supuesta conspiración para ceder ese territorio a intereses foráneos.
Esos que pretenden utilizar la soberanía de Venezuela como moneda de cambio para servir a los yanquis son los ‘salieron a hacer fiesta, como dice Maduro, tras la decisión de la administración de Donald Trump de establecer un bloqueo total a los bienes y activos venezolanos en territorio estadounidense.
Los mismos que se alegran de los ataques de Estados Unidos y otras potencias neocoloniales, contra su propio pueblo, al que roban y matan; si alguno pudiera pensar que es en beneficio de la Patria como tanto proclaman, ahí está a la vista de todos la cantidad de trapo sucio que develan cada día.
Ese es el supuesto gobierno que no pocos defienden e “ingenuos” o a sabiendas atacan a la legitimidad de Nicolás Maduro y la verdadera democracia.
Ese es el auténtico Juan Guaidó, interesado peón del imperialismo.