Guiteras y Aponte: esperanza de un futuro mejor

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 8 mayo, 2023 |
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Los revolucionarios Antonio Guiteras y el coronel venezolano Carlos Aponte, quien a la muerte de Sandino viajó a Cuba y conoció a Guiteras el cual lo sumó de inmediato a sus planes insurreccionales fueron asesinados en el Morrillo, el 8 de mayo de 1935, en Matanzas.

Ambos poseían un profundo sentimiento antimperialista y estaban convencidos de la lucha contra el mismo enemigo común.

Guiteras y Aponte estaban en espera de que los recogiera el yate Amalia para salir rumbo a México, donde organizarían una expedición de revolucionarios que vendría a Cuba a luchar contra el régimen pro imperialista de Carlos Mendieta impuesto a los cubanos.
El enemigo los acecha. Una infame denuncia le echó por tierra sus propósitos. En esta ocasión Guiteras manifiesta…”yo no me dejo coger vivo. Los que quieran pelear que me sigan. A lo que su compañero de lucha Carlos Aponte le responde…”Compay, antes de rendirnos nos moriremos.

Avanzaron haciéndole frente al enemigo, tratando de encontrar una salida, sin embargo fueron asesinados

En aquellos momentos la Isla antillana atravesaba momentos difíciles; los patronos despedían a los trabajadores sin motivo alguno dejándolos sin empleo; los latifundistas arrojaban de sus tierras a los campesinos. El descontento crecía y Cuba estaba decidida a acabar con el régimen de oprobio de aquella nefasta tiranía.

Participa en manifestaciones a favor de la Reforma Universitaria, organizadas por Julio Antonio Mella desde La Habana, y más tarde ingresa en la Universidad en la capital del país, donde se gradúa en 1927 de doctor en Farmacia. Se incorpora a la lucha contra el dictador Gerardo Machado. En 1931, cerca de Santiago de Cuba se alza en armas contra la tiranía y es apresado y encarcelado.

Su pensamiento nacional, liberador y antimperialista se encuentra bien expuesto en los documentos que escribió, y quedó evidenciado en su corta pero intensa vida de joven revolucionario. Porque Guiteras representaba la esperanza de un futuro mejor.

La intransigencia revolucionaria de Guiteras lo convierte en el enemigo principal del imperialismo; y el día 6 de mayo insistía en que no habría ningún acuerdo con el régimen cuyo nacimiento y sostén se le debe al imperialismo.

Crea la Unión Revolucionaria, y desde allí proclama su “Manifiesto al pueblo de Cuba”, en el cual señala: “Solo la fuerza incontrastable, producto de la unión de los hombres honrados (…) puede lograr que este movimiento sea una verdadera revolución”.

El 12 de agosto de 1933, cuando es destronada la dictadura Machadista, Guiteras asume la Secretaría de Gobernación en el llamado Gobierno de los 100 días. Se convertiría en el exponente más radical del complejo gabinete al proclamar un conjunto de leyes y disposiciones de gran impacto social.

La aplicación de la jornada de ocho horas en la industria azucarera, establecimiento de salarios fijos, la rebaja del precio de artículos de primera necesidad y la legalización de los sindicatos, fueron algunas de estas disposiciones. A ellas se les sumó la intervención de la mal llamada Compañía Cubana de Electricidad y la reducción del 45 por ciento en el precio de sus tarifas.

El Gobierno de los 100 días finalizó el 15 de enero de 1934, debido a la falta de unidad entre los revolucionarios, intrigas de la embajada estadounidense y de traidores como el sargento devenido coronel Fulgencio Batista.

Sobre este suceso, Guiteras expresó: “Fracasamos porque una Revolución solo puede llevarse adelante cuando está mantenida por un núcleo de hombres identificados ideológicamente, poderoso por su unión inquebrantable, aunados por los mismos principios”.

Fundó la Joven Cuba, organización con propósitos revolucionarios, que pretendía, luego de lograr un proceso democrático y antimperialista en el archipiélago, implantar la reforma agraria, nacionalizar las riquezas del subsuelo, luchar contra el analfabetismo, igualdad civil, económica y política para la mujer, y una política exterior e interna genuinamente cubana.

Los cadáveres de ambos revolucionarios fueron sepultados el mismo día de su asesinato en el cementerio de San Carlos y San Severino, en la ciudad de Matanzas, durante dos años, hasta que fueron sustraídos por un admirador de Guiteras nombrado José María García.

Raúl Roa ante la pérdida irreparable del joven Guiteras expresó (…) así se perdió la figura más empinada, el ánimo mejor templado, la voluntad más indomeñable, el brazo más enérgico y el espíritu más puro del movimiento nacional revolucionario.

 

 

 

 

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